EFE
Usuarios del transporte público en las ciudades del norte de Marruecos han expresado su profunda indignación por el incremento desmesurado de las tarifas de los 'grand taxis' (que realizan trayectos urbanos e interurbanos).
Los precios para viajar desde Tánger a Tetuán han subido hasta 50 dirhams, mientras que los trayectos hacia Martil, Alhucemas y Fnideq (Catillejos) han alcanzado entre 60 y 70 dirhams, según publica el medio de comunicación marroquí barlamane.com.
Este incremento ha causado malestar entre muchos veraneantes que se dirigieron a estas ciudades para disfrutar de sus vacaciones estivales.
El inesperado aumento en las tarifas ha supuesto una carga financiera adicional para los turistas, quienes han manifestado su descontento ante lo que consideran un incremento codicioso e injustificado.
Los conductores de los 'grand taxis', por su parte, justifican esta subida argumentando que la falta de pasajeros en el viaje de regreso a Tánger les genera importantes pérdidas económicas.
Según los taxistas, para compensar estas pérdidas es necesario incrementar las tarifas, especialmente durante la temporada de verano, cuando el flujo de turistas hacia las ciudades del norte es considerablemente alto.
No obstante, los ciudadanos no encuentran suficientes estas razones para justificar el significativo aumento de los precios, particularmente en el contexto de las actuales dificultades económicas que afecta a la mayoría de la población.
Ciudades como Alhucemas y Martil atraen a un gran número de turistas marroquíes durante el verano, quienes buscan disfrutar de sus hermosas playas y su clima agradable.
Esta afluencia de visitantes representa una excelente oportunidad para que los propietarios de taxis obtengan buenas ganancias. Sin embargo, muchos turistas consideran que aprovechar esta oportunidad para aumentar desproporcionadamente las tarifas es inaceptable y abusivo.
En resumen, el aumento de las tarifas de los grandes taxis en las ciudades del norte de Marruecos ha generado una fuerte reacción entre los ciudadanos, quienes condenan esta medida y la consideran un intento de aprovecharse de la situación turística para obtener mayores beneficios económicos a expensas de los visitantes.
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