Quejas por el "corredor" a las consignas ilegales en los polígonos del Tarajal

Empresarios protestan porque la organización de las colas “contribuye” a que los porteadores sin bultos carguen mercancía ajena al polígono en el muro.

El ‘galimatías’ de los polígonos del Tarajal escribió ayer otra página. Como “suele ser habitual por desgracia”, las naves amanecieron ayer con el “paso restringido” a clientes, trabajadores y empresarios, como estos últimos desaprobaron. La puerta de Alborán –conocida de forma popular como la de Línea Cocina– ya se ha convertido en una de las válvulas que la Policía Nacional  acciona para interrumpir el acceso de personas hasta que el Biutz consigue desalojar el recinto y deja sitio a más porteadores.
Este “bloqueo” a los polígonos, que algunos comerciantes calificaron de “estado de sitio”, hizo que propietarios y arrendatarios de los cuatro polígonos –aunque con especial indignación en La Chimenea y la Fase II– arremetieran contra la organización de la fila de hombres en su tramo final al muro, próximo al puente de mercancías.
“Las autoridades, de forma inconsciente, contribuyen a abrir un corredor para que los porteadores, sin bultos, lleguen a las consignas ilegales –depósito de mercancías– que se encuentran en los aledaños del Biutz”, explicó uno de los afectados. El dispositivo establecido por la Unidad de Intervención Policial del Cuerpo Nacional (UIP) es “surrealista” y “contrario al sentido común”. Pese a su efecto, esta organización lleva “un mes vigente”, señalaron los empresarios.   
Las cifras que barajan estos comerciantes hablan por sí solas: “de unas ventas diarias que oscilaban entre los 2.500 y 4.000 euros –en función del día– han pasado a unos 100 euros”. Cantidades que, traducidas en bultos, “supone que solo podamos sacar una decena”, calcularon. Sin embargo, cada una de estas consignas ilegales –contaron tres en el muro pero apuntaron a otras en distintas zonas– dan salida “a unos 1.500 o 2.000 bultos que no pagan los impuestos correspondientes y proceden del puerto o barriadas como el Príncipe”. Otros atribuyeron ese margen que hace fluctuar la ‘cotización’ del paquete a los aranceles portuarios que Marruecos impone a la mercancía o a que los contenedores declaran por debajo del valor real.    
Esta competencia “desleal y deshonesta” arrincona a los comerciantes legalmente establecidos en los polígonos, que ven cómo los camalos prefieren el bulto de las consignas ilegales porque el beneficio es mayor. “Quienes traen esta mercancía al Tarajal no pagan impuestos, tampoco alquiler porque carecen de almacén en los polígonos ni desembolsan nóminas de la plantilla de la nave, así que pueden permitirse pagar más al camalo”, explicó uno de los perjudicados por este “corredor” entre Alborán y La Chimenea.
La solución, sostienen los comerciantes, depende de la implicación de las “autoridades competentes” con la libre circulación de personas por los polígonos y de establecer un protocolo común a los distintos grupos de la UIP que prestan servicio en el Tarajal.

Dos colas. A la izquierda con productos de los polígonos; a derecha, sin bultos. Entre La Chimenea y Alborán, la fila de hombres desciende hacia la calle del muro. Comerciantes criticaron ayer que, con la ordenación de las colas, la Policía Nacional “inconscientemente” permite el acceso de los porteadores sin bultos hasta las consignas ilegales localizadas en los aledaños del puente. De acuerdo con la explicación de los empresarios, la cola de la derecha tiene mayor longitud que la situada a la izquierda (donde los camalos esperan su turno cargando paquetes comprados en los negocios del Tarajal) porque los bultos ajenos a los polígonos arrojan mayores beneficios y además resulta más sencillo darles salida, con lo cual atraen a más personas.

Cerrojos. Boicoteados con pegamento 

Hasta cinco naves amanecieron ayer con los candados de las puertas obstruidas con pegamento o silicona, lo cual obligó a los comerciantes a cortar los cerrojos para poder acceder a sus negocios. Algunos de los responsables de los establecimientos boicoteados recordaron que no es la primera vez que les ocurre, aunque tampoco encontraron una razón de peso aunque, con toda probabilidad, la intención era que impedir que abrieran.

Suciedad. Heces y otros residuos

Tanto los vecinos de los bloques de viviendas del Tarajal como de los pisos de la barriada ‘Príncipe Felipe’ han criticado, a título particular, que los porteadores hacen sus necesidades entre los vehículos y en cualquier esquina en la que encuentran cobijo. Los cartones utilizados para pasar la noche o descansar durante la jornada también ensucian los alrededores de los polígonos. Incluso en las inmediaciones del CEIP ‘Príncipe Felipe’.