En primer lugar decir que soy una madre como tantas otras que reclama justicia y ser atendida debidamente por los hechos que a continuación voy a exponer:
El pasado día 22 de agosto a las 05.25 horas mi hija, la cual padece una enfermedad mental llamada “Trastorno Bipolar”, para algunos no conocida y para muchos no conocida exactamente, sufrió otra aguda y grave crisis por lo que decidí llevarla al hospital universitario de Ceuta para que me la atendieran por urgencias. Una vez allí, una doctora nos recibió a mi hija y a mí pero solo fue eso lo que hizo. Yo le pedí que llamara al psiquiatra de guardia porque durante estos ocho años conozco bastante bien la enfermedad de mi hija y siempre que ha ido a urgencias ha quedado ingresada. Por lo menos que la viera y decidiera qué hacer, se negó en rotundo alegando que no valoraba que fuera necesario y eso que tenía el historial médico y los ingresos que había tenido delante suya.
Yo indignada e impotente le pedí por favor que lo hiciera insistiendo en el historial que tenía, pero ni aun así lo hizo y no solo no llamó sino que ni le dio medicamento alguno como un sedante por lo menos. Ni me dio un parte de haberla atendido, paso total y olímpicamente de nosotras, sin manifestar empatía alguna, no se inmutó en absoluto, como si con ella no fuera la cosa
¡MENUDA PROFESIONAL!, ¡INHUMANA!
Dónde está su “JURAMENTO HIPOCRÁTICO” que hacen los médicos cuando terminan su carrera, que es el compromiso del médico en actuar siempre en beneficio del ser humano y no perjudicarlo. Esta profesional por llamarla de alguna manera carece totalmente de ella.
Con las mismas tuvimos que irnos sin pena ni gloria, alterada como es lógico. Nos fuimos con mi hija que encima llevaba el tobillo derecho vendado con un esguince y no podíamos tirar de ella.
No teníamos bastante con este incidente que a los tres días (25 de agosto), como seguía igual incluso con su medicación y aun peor (no podíamos llevarla a su psiquiatra que le está tratando porque estaba de vacaciones y hasta el día 26 no tenía cita), decidí llamar al 061 y hablar con el médico, el cual me aconsejó de nuevo, y así lo hice, llevarla al medico de urgencias (una estupenda persona por cierto), y al recibir a mi hija y ver que sí que necesitaba un psiquiatra decidió llamar a la que estaba de guardia y cual no fue mi sorpresa e indignación, que tenía los teléfonos en buzón de voz.
Estuvieron llamándola toda la noche sin poder localizarla y el doctor de urgencia ante esto decidió ingresarla visto como estaba de alterada mi hija. “Esta doctora de guardia” que no tenía operativo ningún teléfono y encima ni se dignó, ni se interesó en llamar para saber si tenía alguna urgencia hasta las 08.00 horas de la mañana que sí tenía que ir al hospital.
Como una doctora que está de guardia y le pagan por ello (todos los asegurados) tiene la desfachatez de no estar localizada, ni hacer una simple llamada al hospital para saber si tiene alguna urgencia, por Dios, bueno pues con todo esto una vez ingresada mi hija, me encuentro con más problemas que me parecen tan graves o más que lo que he contado.
En la planta de salud mental encuentro que hay seis pacientes ingresados, incluyendo a mi hija. El personal es escaso, solo un celador por la tarde y por la noche para todos estos pacientes, que cada uno tiene una patología diferente. Cinco hombres y una mujer. Yo como madre me pregunto qué ocurrirá por la noche cuando esta persona (el celador como cualquier ser humano puede dar una cabezada), y los pacientes que apenas duermen y se levantan a deambular por la sala y habitaciones se cuelen en la de mi hija o viceversa. Quién me garantiza a mí que mi hija está a salvo al igual que el celador que allí se encuentra, estamos vendidos tanto unos como otros ¿no cree?
Si no hay suficiente personal para esta planta en concreto que es la más necesitada a mi parecer, por qué no dejan que su madre se quede por la noche (aunque sea mayor de edad). Todas son normas en contra de los familiares que estamos limitados a poder ayudar tanto a mi hija como al personal. Si no hay suficiente personal que recorten de otras plantas y ésta esté más vigilada o cubierta de celadores y vigilantes de seguridad...
¿Por qué en las plantas de otras patologías se puede quedar un familiar y en esta no? Todo esto lo cuento para desahogarme de alguna manera por las injusticias y mal funcionamiento de la sanidad pública. No sé si servirá para algo pero pido por favor que se tomen una serie de negligencias incumpliendo el deber de “profesionales” de la sanidad que a la vista esta que de profesionales de la medicina brillan por su ausencia y carecen de humanidad con el paciente. Podrían crear recursos necesarios para que funcione mejor por la salud de todos. Espero que recapaciten todas las personas responsables de las cuales depende que esto se solucione.
Actualmente mi hija continúa ingresada y sigo pensando qué pasará con el mal funcionamiento del hospital “universitario” y eso que la antes mencionada “doctora” no valoraba llamar a la psiquiatra de urgencias.