De milagro puede contarlo. De milagro, a tenor de las heridas sufridas que podían haberle causado la muerte. Este es el resultado de las medidas sin razón que se toman en Ceuta, medidas como la
de colocar alambre en los montes generando una auténtica trampa mortal.
El ciclista herido al toparse con uno de estos elementos dispuesto en el entorno
de la zona quemada en García Aldave sufrió no solo rotura de clavícula sino además cortes por todo el brazo y en el mismo cuello. Todos provocados por el espino de un material usado
para hacer las concertinas, material que se retira por su peligrosidad de muchas zonas y que incongruentemente se está colocando ahora en el monte.
“No se ha matado porque es alto”, explican los compañeros del herido. El golpe con ese alambre lo derribó mientras circulaba en bicicleta, se fracturó la clavícula y sufrió grandes cortes que no alcanzaron partes vitales. De lo contrario hoy se estaría escribiendo otra crónica bien distinta, la de una tragedia.
Un alambre que ni siquiera se ve
El alambre colocado ni siquiera se aprecia, mucho menos si alguien va haciendo deporte por la zona, corriendo o en bicicleta, como le ha ocurrido a este joven que ha podido salvar su vida de milagro.
Ese espino se ha colocado en todo el perímetro de la zona quemada, para impedir el acceso a terreno militar, pero sin reparar en que es una medida que se erige en todo un atentado porque pone en peligro a las personas que hacen deporte por el lugar. Tal es así que ya se cuenta el primer accidente grave, pero pueden producirse muchos más. La medida, completamente irracional, se ha ejecutado en toda la subida del Pantano hacia el campo de tiro de la Legión y toda la parte próxima donde se produjo el siniestro forestal.
Al ser terreno militar el que queda cercado, la medida la ha adoptado
la propia Comandancia General. Lo grave es que pueden seguir produciéndose accidentes de tanto impacto como el narrado, sin que de momento se hayan adoptado medidas para evitarlo con la urgencia debida. El afectado, con lesiones graves, se ha convertido en la víctima de las decisiones más incongruentes posibles.