Respaldada por la fama del sello de calidad escandinavo, pero sin crímenes truculentos e investigaciones de homicidio, llega esta miniserie danesa de 8 episodios, de aproximadamente 50 minutos, también con toques de intriga, y el denominador común de que también explora algunas de las oscuridades y de las miserias de la naturaleza humana.
La premisa parte de una muchacha adolescente que ha llamado la atención de su profesor tras escribir una redacción donde expone con inquietante detalle el figurado (quizá presunto, ¿realidad o ficción?) comportamiento violento de su padrastro. Se da cuenta del caso a Asuntos Sociales, y se hace cargo del mismo un veterano trabajador social con cierto historial que se irá desvelando paulatinamente y que decidirá separar a la protagonista y a su hermanastro de los padres, que niegan las acusaciones categóricamente. Ahí comenzará una trama de investigación para descubrir quién miente (alguien lo hace) y quién dice la verdad (si es que alguien la dice completamente), en un entramado intrigante que despierta más y más el interés del espectador cada capítulo que pasa, giro tras giro en su argumento, plantando constantemente la semilla de la duda razonable en uno y otro bando con diálogos ambiguos y detalles que dejan claro que aún no poseemos toda la información. Pero todo ello desde una óptica que no abandona el realismo ni cae en el efectismo cinematográfico barato.
Las meritorias interpretaciones van en consonancia con la estética nórdica realista y natural, sin acaparar foco, contribuyendo con profesionalidad a un resultado global que de al respetable la sensación de estar viendo lo acontecido a través de una ventana indiscreta, y el formato del producto de sólo 8 episodios de menos de una hora permite su visionado sin reiteraciones y que la historia avance en el ritmo pausado que demanda sin hacer peligrar nuestro interés.
La industria audiovisual europea se está erigiendo como toda una gran competencia para la otrora imbatible estadounidense, y dentro de aquello que denominamos europeo, el cine y, sobre todo, la televisión escandinava, forma un micro universo propio de magnético estilo definido, sinónimo de éxito, nacional e internacional, que por ahora vence al poder de la imitación o el remake con mayor presupuesto hollywoodiense que aún no ha sido sin embargo capaz de copiar la esencia o la ambientación. Estos daneses y sus traumas…
Las claves
Dirección: Pernille Fischer Christensen, Samanou Acheche Sahlstrøm, Niclas Bendixen, May el-Toukhy.
Año: 2020. País: Dinamarca.
Título original: Cry Wolf.
Duración: 50 min.
Género: Serie de TV. Drama. Intriga. Intérpretes: Bjarne Henriksen, Flora Ofelia Hofman Lindahl, Christine Albeck Børge, Peter Plaugborg, Noah Storm Otto, Lila Nobel, Justin Geertsen, Henning Valin Jakobsen, Lone Rødbroe, Laura Skjoldborg, Christine Exner, Line Kruse, Rasmus Hammerich, Alexander Krumhausen, Lars Thiesgaard, Freja Pedersen, Ella Paaske, Lene Vestergård, Jesper Aron Kaplan.
Guión: Maja Jul Larsen, Nanna Westh, Adam August, Kim Fupz Aakeson, Karina Dam.
Música: When Saints Go Machine, Christian Balvig.
Fotografía: Sine Vadstrup Brooker, Niels Thastum, Laust Trier-Mørk, Martin Munch. Productora: Nordisk Film, Radio (DR), Norsk Rikskringkasting, SVT, YLE/SARI Volanen, Nordvision, Ríkisútvarpið-Sjónvarp (RÚV). Estreno en España: 16 marzo de 2021.