En una sociedad marcada por una elevada ausencia de valores, cuesta dar con historias de personas honradas, de gente honesta capaz de mantenerse firme. Responda a esta pregunta antes de seguir leyendo este reportaje: ¿Qué haría usted si se encontrara con 6.000 euros?
Aziz Chair Najib, un joven trabajador del chiringuito 'Chef Café', situado en la zona previa al embarque de vehículos en el puerto, sabe perfectamente lo que contestaría. Y lo sabe porque él sí que se ha topado con ese dinero.
Ocurrió el pasado viernes. Aziz despachaba, como hace a diario, con los clientes: servía cafés, limpiaba mesas, ofrecía agua... Labores que le han acompañado durante los años que lleva detrás de la barra. Esa tarde, uno de los clientes marchó a toda a prisa al embarque y se dejó olvidada su chaqueta con un sobre repleto de billetes: uno sobre otro... así hasta completar la cifra redonda, la de 6.000 euros.
"Era un hombre que vino a tomar un café, se dejó la chaqueta aquí olvidada y yo se la recogí, encontrándome con un sobre que tenía 6.000 euros. Pasada media hora regresó corriendo, nervioso, con mala cara... Le dije que se tranquilizara, que tenía su chaqueta, le di una botella de agua y le devolví todo con el dinero", recuerda Aziz, durante la entrevista mantenida con FARO TV.
Aziz se ha encontrado gafas, teléfonos móviles y diversos objetos que los clientes se olvidan con las prisas de acudir al embarque. ¿Dinero? Nunca, y mucho menos 6.000 euros.
Aziz recibió una propina de su legítimo dueño por su buena acción. Una buena acción que tuvo clara desde el momento en que encontró los fajos de billetes. "Lo que yo siempre he entendido es que lo mío es mío y lo suyo es suyo", dice. Y efectivamente, así siempre. A pesar de que para muchas personas la tentación hubiera sido otra, la de quedarse con el montante económico.
"Su dueño vino casi llorando, conté el dinero con él y le dije, tome, aquí lo tiene", añade. Un gesto que debió sorprender al propietario, que, a buen seguro, daría por perdida la cantidad. Pero Aziz lo tuvo claro desde el principio. Es lo que ha aprendido desde pequeño, son los valores que le han inculcado: no quedarse con lo que no es suyo, no apropiarse de lo que le pertenece a otro... aunque estemos hablando de una suma considerable de dinero y más en los tiempos que corren.
Aziz se muestra sonriente, sabe que ha obrado como debía. Su honestidad ha sido valorada por los pocos clientes que conocían su historia, porque, además, el protagonista de este reportaje no gusta de alardear de su acción.
Hoy, como todos los días, seguirá poniendo cafés a los clientes, seguirá atendiendo a todo aquel que pare su vehículo para tomarse algo en el 'Chef Café' antes de embarcar, seguirá cumpliendo con su trabajo ante su jefe, seguirá recogiendo lo que otros olvidan y seguirá guardándolos para entregárselos. Porque Aziz es así y su historia debería formar parte de la normalidad pero el hecho de no serlo la ha convertido en ejemplar.
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