La acumulación de vehículos intervenidos por su participación en la comisión de delitos se ha convertido en uno de los problemas que acumula la Autoridad Portuaria sobre la mesa. Un problema con consecuencias graves, debido a la insalubridad derivada de su presencia y a los riesgos que entraña. Multitud de informes, no solo del Puerto sino también de fuerzas de seguridad como la Guardia Civil, han alertado de esta situación que, parece, ya ve la luz al final del túnel.
Y es que esta misma semana el Puerto ha conseguido desbloquear este asunto con el traslado de alguno de los coches quemados en el incendio de diciembre del pasado año, que pasará a depósito municipal.
Es el resultado de una lucha casi titánica porque estos coches pertenecen a procedimientos de juzgados distintos y son tenidos como pruebas de delitos, por lo que judicialmente se convierten en una especie de ‘intocables’. Incongruentemente terminan almacenados en zona portuaria sin que esta sea depósito judicial, causando problemas serios no solo al Puerto sino a infraestructuras como la propia Casa del Mar o el área de Sanidad, cansada de protestar por la insalubridad que supone su presencia, el riesgo o el hecho de que sanitariamente no puedan llevar a cabo sus trabajos con la tranquilidad requerida.
De momento se ha podido empezar a retirar alguno de los vehículos pero queda mucho trabajo por delante. El propio Puerto abordó este asunto con el gabinete jurídico y dio traslado del mismo a Puertos del Estado, además de insistir de forma constante ante la Gerencia judicial para que se pudiera poner fin a un foco de riesgo. Es el mismo que, de hecho, ha existido en el puerto deportivo con la cantidad de semirrígidas intervenidas que también han sido retiradas poco a poco de este lugar, base del Marítimo.
En diciembre de 2018 saltaron todas las alertas debido al incendio de coches que tuvo lugar en el puerto. Podía haber sido una auténtica tragedia. Después de la rápida actuación de los Bomberos, los vehículos siguieron sirviendo de cobijo a los inmigrantes, que no solo duermen en su interior sino que también cocinan incluso dentro. Pues bien. Los riesgos no terminan aquí, porque la pasada noche el SEIS tuvo que acudir al puerto para sofocar las llamas provocadas en uno de estos coches. Actuaron rápidos y no hubo que lamentar consecuencias mayores, pero se volvieron a encender todas las alertas por lo que puede llegar a pasar. La Autoridad confía en que se pueda dar salida pronta a los coches, pero es una tarea compleja debido a que se trata de procedimientos judiciales diferentes que requieren de multitud de trámites. Para el propio Puerto su presencia supone un problema que le salpica aunque no sea de su más estricta competencia.
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