¡Por supuesto!. Mi madrina, por la que llevo mi nombre, tiene 104 años, es una de los múltiples centenarios del lugar en el que vivo (Ourense), donde se están realizando diversos estudios para analizar sus estilos de vida y ver como contribuyen al aumento de longevidad en la provincia. Pero no hay que ser muy agudo para conocer la verdadera causa...
Una buena alimentación basada en los productos de la huerta que cultivaban ellos mismos, y en las carnes procedentes de animales que también criaban ; en el agua que bebían, procedente de las fuentes o manantiales de la zona; en la actividad física que generaba el cultivo de sus campos y la falta de medios de transporte que les hacía recorrer largas distancias a pie; en el uso de ropa hecha con tejidos naturales que ellos mismos producían y como no, en el apoyo familiar ante las adversidades de la vida, por el que aprendían a adaptarse y a seguir adelante y a las interacciones sociales que en los pueblos se producían en "fiadeiros", verbenas, y todo tipo de reuniones festivas capaces de combinar música, baile, buena gastronomía y convivencia comunitaria.
¿Y que tenemos hoy?. Una alimentación basada en productos modificados genéticamente, llenos de pesticidas, colorantes, conservantes, potenciadores de sabor y otros aditivos; unas bebidas llenas entre otras cosas de azúcar o de edulcorantes artificiales; un agua tratada con productos químicos que al reaccionar con la materia orgánica, pueden originar sustancias cancerígenas; una ropa sintética plagada además de tintes tóxicos, retardantes de llama o plástico en cualquiera de sus formas; el sedentarismo que propician las ciudades, las horas delante de la televisión, la falta de comunicación en un mundo digital, en el que los jóvenes interaccionan a través de su móvil aún cuando estén en el mismo lugar pues han olvidado como conversar; la separación de las familias que apenas se ven ya el tiempo que dura una comida, y por supuesto, la falta de aprendizaje para afrontar los duros momentos que a todos nos esperan en algún instante de nuestra vida.
Y tal vez en unos años alguien encuentre el secreto de la longevidad, que no es más que una vida sana y feliz con familiares y amigos que nos quieren y a los que queremos, y convierta todo eso en una simple "pastillita de colores" que concentre lo necesario, pero no será lo mismo, porque lo bonito, lo bueno, es el aprendizaje, superando los errores que cometemos a lo largo de nuestras vidas y que nos permite adaptarnos y superar cualquier dificultad y los estilos de vida, se pueden modificar para hacerlos más saludables.
Espero que en este 2025 que acaba de comenzar, aprendamos entre todos a poner límites a los productos tóxicos porque nuestra salud, es el pilar fundamental de nuestra vida.
María Argentina Rey Fernández (Médico afectada de SQM)
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