Era un pueblo pequeño, del interior, de lo que en la actualidad denominamos “la España vaciada”. Sus habitantes no llegaban a la cifra de trescientas almas. La mayoría viejos de entre 60 y 90 años. Pocas mujeres jóvenes y escasísimos niños.
Un día recaló en el pueblo un joven forastero, alto, de pelo rubio,ojos azules y seductor.
Muy pronto fue enamorando a cada una de las jóvenes que habitaban en aquel olvidado lugar.
Todas se iban quedando preñadas y los viejos, comenzaron a conocerlo como “el semental”.
Los niños fueron naciendo y la alegría volvió al pueblo. Poco tiempo después, lo nombraron alcalde de la Villa. Y ahí dió comienzo el declive del pueblo.
Su comportamiento se volvió irracional. Dictaba bandos que atentaban contra las ancestrales tradiciones de los vecinos.
Primaba su perversa ideología, por encima del sentido común. Aquellos que se oponían a ella, eran civilmente desahuciados.
Al tiempo que sus costosas obras de monumentos y figuras innecesarias, iban enriqueciendo su patrimonio, de forma escandalosa.
Una noche de Luna llena, los vecinos se organizaron y, convertidos en turba, asaltaron su casa, lo llevaron desnudo a la Plaza del pueblo y lo apaleraron con tal saña que lo dejaron, muerto y desfigurado.
Allí mismo , todos los vecinos hicieron el juramento de no reconocer la existencia de aquel individuo. Fue el secreto mejor guardado.
Al cabo de un año, comenzaron a nacer niños con diferente color de pelo,pero con ojos azules.
Las madres explicaron a las Autoridades que un ángel, las había dejado embarazadas.
Y desde entonces, aquel pueblo olvidado de un valle olvidado, de una España vacía, cambió su nombre por el de “ Ángel caído”.
Y, aún hoy en día, los turistas que acuden al pueblo, visitan la ermita que se levantó en honor del Ángel.
Jamás nadie sospechó que bajo el altar, descansaba el cuerpo desfigurado de aquel dictador que, en vida, creo en la villa una política de miedo y sumisión.
P.D. Nunca juzgues a una persona por su belleza exterior. Puede que sea un diablo camuflado.