Las estrategias políticas de cada formación comprenden desde las más acertadas a las patéticas. En Ceuta las primeras prácticamente no existen. Las segundas, en cambio, abundan. El PSOE se está llevando la palma. La labor del partido se está ciñendo a la difusión de los paseos que se da su secretario general para fotografiarse hasta con el primer bicho que se encuentra en el camino. Cualquier detalle les parece bueno para enviar una nota de prensa sustentada en el hallazgo que ha sorprendido a Gutiérrez o en un comentario que han visto en cualquier foro en redes sociales. Que hoy hace calor... pues reaccionan con un comunicado para hablar del cambio climático o de la falta de hielos, para todo hay espacio no se preocupen. Que el líder se ha dado la vuelta al Hacho... pues se saca una foto y denuncia cómo están los senderos. Da igual, el caso es hablar por hablar aunque nada se diga. En el fondo esto es un arte, no todos valen para hacerlo y el PSOE le gana por goleada a un PP que ni siquiera habla, que encontró hueco en la hamaca y se ha transformado en el fantasma que solo asoma la patita por debajo de la puerta en contadas ocasiones al año.
Empieza el curso político y quizá debería ser el momento de la reflexión para aquellos que aspiran a ser mandamases de la plaza, sobre todo teniendo a la vuelta de la esquina unas elecciones tan complejas como las de 2023. Seguir esta tónica alocada que ahora se hace reina entre las formaciones no hace sino provocar un desapego social además de un rechazo hacia lo que realmente nos podemos encontrar a la hora de elegir/debatir/valorar en el que será uno de los momentos más importantes para una Ceuta que se empecina, en muchos ámbitos, en arrojarse al precipicio.
Seguro que el PSOE lo sabe hacer mejor, seguro que encuentra una vuelta de tuerca para alejarse del ridículo que supone ese gusto por el exhibicionismo en el que todo vale, en el que se opina por cualquier cosa, en el que se siente la necesidad de difundir posturas políticas hasta sobre las musarañas acompañadas de su foto de rigor.
Tener ambición por salir al ruedo es legítimo, pero entrar como un elefante en todos los lados que ofrecen puertas no lleva más que a un ridículo que está a tiempo de cortarse.
No se puede decir y comentar mejor!!!!. Lo de este politiquillo de tres al cuarto, verdaderamente es RIDICULO e IRRISORIO.