Amigos de la Tierra, Carro de Combate, CECU, Coordinadora Estatal de Comercio Justo, Ecologistas en Acción, Mighty Earth, SEO/BirdLife y WWF, como parte de la Alianza Cero Deforestación, junto a más de 60 organizaciones de todo el mundo, instan al Gobierno español, a los europarlamentarios y a la Comisión Europea a garantizar la inclusión de las denominadas "otras tierras boscosas", como el Cerrado de Brasil, en la revisión de la legislación europea de productos libres de deforestación (EUDR, en sus siglas inglesas).
Para ello, estas organizaciones han presentado a la Comisión Europea y a la Presidencia española del Consejo de la UE un documento en el que explican que este tipo de ecosistema es uno de los más valiosos aliados en la lucha contra el cambio climático por su capacidad para retener carbono. Por ello, su destrucción perjudicaría a la biodiversidad pero también a la capacidad de mitigación y adaptación a la emergencia climática. Con su inclusión en la ley, se ampliaría la protección a casi mil millones de hectáreas adicionales de paisajes boscosos amenazados por la deforestación o la degradación forestal.
En opinión de la Alianza Cero Deforestación, "la inclusión de 'otras tierras boscosas' aumentará significativamente la protección de ecosistemas boscosos críticos y densos en carbono, altamente amenazados por las importaciones, entre otras, de soja destinada a la alimentación animal en la UE, con España a la cabeza de estas importaciones".
Según el informe elaborado por la sociedad civil, la inclusión de "otras tierras boscosas" al Reglamento europeo protegerá, solo en América del Sur, 59,7 millones de hectáreas adicionales de cobertura en el Cerrado, 8,7 millones de hectáreas adicionales de cobertura en el Chaco y 2,2 millones adicionales de hectáreas de cobertura en el Pantanal. Por otro lado, es muy probable que ampliar el alcance de este Reglamento tenga el mismo efecto en otras regiones de África y Asia.
Alrededor del 70 % de la destrucción relacionada con el consumo europeo se concentra en la sabana tropical del Cerrado de Brasil, un área más grande que Francia, Italia, Alemania, España y el Reino Unido juntos. Este bioma natural formado por sabanas, arbustos y bosques alberga el 5 % de la biodiversidad mundial.
"En el caso de España, en 2020 se importaron de Brasil 2,6 millones de toneladas de soja para piensos de las que el 42 % procedía exclusivamente de la región del Cerrado. Lo más probable es que los operadores como Bunge y Cargill que importan soja brasileña a España hayan contribuido a la invasión de las sabanas del Cerrado y las turberas de las pampas", afirman desde la Alianza.
Si bien Brasil logró reducir las crecientes tasas de deforestación en la selva amazónica durante el primer semestre de este año, la sabana del Cerrado ha experimentado una ola de destrucción ambiental durante el mismo período, su cifra de deforestación más alta desde 2018.
"La UE puede evitar que su consumo cause la destrucción de una naturaleza biológicamente muy valiosa, pero necesita mirar más allá de la selva amazónica", declara la Alianza Cero Deforestación.
Las multinacionales del comercio de materias primas agrícolas que abastecen de soja a la industria cárnica y láctea, pueden ver esta brecha legislativa como una oportunidad para intensificar la producción en estas áreas desprotegidas para eludir la regulación de la UE.
"Asegurarnos de que esta ley abarca a todos los ecosistemas valiosos es imprescindible ante la intensificación de la emergencia climática. Incluir espacios naturales más desconocidos como el Cerrado brasileño, pero igualmente valiosos, junto con la selva amazónica, ayudará a proteger no solo una inmensa variedad de plantas y animales, incluido el jaguar, sino también un importante proveedor de agua para todo el continente americano", concluye la Alianza Cero Deforestación.