Ceuta contará este sábado con la visita del ministro Fernando Grande Marlaska. Una visita protocolaria en la que se ha incluido además del recorrido por la valla y frontera, un encuentro con el presidente de la Ciudad, con la delegada y con los mandos de la Policía Nacional y Guardia Civil. Marlaska, que ya conoce Ceuta y que sabe de sus problemas, no va a venir ni con una chistera debajo del brazo ni a lucir la nariz de Pinocho de la que dio buena muestra el anterior ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, quien ni siquiera cruzó el Estrecho cuando debió hacerlo.
En Madrid saben perfectamente cuál es la problemática de la frontera, de la falta de agentes, de la presión migratoria... Lo sabe Interior porque tiene encima de la mesa informes de las fuerzas de seguridad en las que se plasman todas las deficiencias existentes y se pormenoriza todo lo que acontece a este lado. Marlaska no va a venir a vender humo ni a prometer que mañana enviará 200 guardias y cien policías. Primero porque no los tiene, segundo porque de hacerlo estaría mintiendo y emulando discursos anteriores que constituyeron todo un insulto a la ciudadanía. El presidente de la Ciudad, Juan Vivas, ya avanzó a los periodistas que le pediría más agentes, los mismos que les solicitó a su gobierno del PP sin que le hicieran caso por muchos viajes a Madrid que efectuara y mucha sensibilidad que, decía, había encontrado en el equipo del expresidente Mariano Rajoy. Querer hacer de esto un juego electoral es posible pero no sería justo.
Cuatro gestos hechos por este ministro han servido de más que todo el periodo de inacción de Zoido
En materia de inmigración, este ministro ha demostrado con cuatro gestos una mayor implicación y resolución que el PP en todos sus mandatos. Las decisiones adoptadas en los picos de mayor presión sufridos este verano con una rapidez nunca vista ya, por sí mismas, deberían acallar cualquier crítica. Pero el atrevimiento llega al límite de culpar ahora al ministro de todo lo habido y por haber. En frontera, lo mismo. Zoido debe tener en sus grupos de wasap perdidos la hilera de vídeos de las avalanchas que se formaban y que la Delegación del PP decía que no existían. Su ministro no hizo nada al respecto, ahora estas no se producen.
Son hechos objetivos. Como lo son que el puerto esté perdido pero, ojo, como lo estaba con el PP en el Gobierno salvo que en ese momento parecía que el entorno portuario solo importaba a unos pocos. La hemeroteca está a la vista de todos, moldearla al antojo de algunos solo provoca un soberano ridículo.