A estas alturas de la legislatura nadie duda de que a los populares no les están yendo bien en las encuestas. En al ámbito nacional han sido adelantados por los “naranjitos”, y localmente todo apunta a que mucha gente se va a quedar en casa en las próximas elecciones.
Conocedores de esto y de la aritmética relativamente fácil, que frente a la atomización irreconciliable de la oposición supone obtener la mayoría, o el diputado nacional y los dos senadores; su presidente, Juan Vivas, ha dado un nuevo tirón con apariciones públicas y un atracón de reuniones de ámbito nacional, entre las que se incluyen los escasos segundos del encuentro casual en Fitur con los reyes.
Es innegable la capacidad negociadora de Juan Vivas y la persuasión constante frente al Gobierno nacional, gobierne el PP o el PSOE. De cada reunión que ha tenido siempre ha sacado un puñado de promesas, que al ser políticas, nunca hemos sabido si eran realidad, hasta que se hicieron tangibles.
Una de las promesas que más se repiten es la mejora de la frontera con nuestro país vecino, cuyas incidencias se cuentan por tragedias ¿ Cuántas muertes podrían haberse evitado con esa mejora que nunca llega?
Y es que, aunque gran parte de la culpa reside en el otro lado de la valla, en este lado también se puede trabajar, con algo más que parches, para que no vuelvan a morir por aplastamiento personas que sólo trabajan por la subsistencia diaria.
Ahora en su visita, la ministra de sanidad se ha comprometido a satisfacer tres demandas básicas: la unidad de radioterapia, el centro de día para mayores y el aprovechamiento del antiguo hospital militar.
Un planteamiento genial, pero quizá alguien le esté ocultando a la ministra un dato imperiosamente necesario para dos de esas demandas: la enorme dificultad de encontrar médicos especialistas que deseen trabajar en Ceuta. O dicho de otro modo, lo escasamente atractivo que resulta para un profesional médico trabajar en el actual ámbito socio laboral de la ciudad.
Las ventajas netamente económicas son insuficientes para seducir a los posibles candidatos. La realidad es que Ceuta ha mejorado mucho en el ámbito sanitario. La construcción del nuevo hospital y el aumento de personal sanitario es un hecho inopinable, como también lo es la carestía de algunos servicios y la inestabilidad de gran parte del personal.
¿Hemos mejorado ? Sí ¿ Lo suficiente ? No, ni mucho menos. La polémica y ahora prometida Unidad de Radioterapia es un espaldarazo a las necesidades de una población que apelaba al sentido humanitario, y no sólo a los criterios económicos que tan alegremente se despachan en necedades.
Pero esta unidad sanitaria no es lo único que le falta a la atención sanitaria en Ceuta, y aunque debemos ser conscientes de que no es un hospital de referencia regional, sí lo es por lo especial del desplazamiento a otros centros sanitarios andaluces y la enorme población no nacional que atienden en determinados servicios. Y sobre todo ¿Cuánto tardará esa unidad prometida en ser realidad ?
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