El Teatro Auditorio Revellín, en Ceuta, se ha convertido en la mañana de este miércoles en un museo. Los centros de estudios que han participado en este encuentro han expuesto de una manera u otra cuadros y han puesto en relieve a los propios autores de estos. Detrás de esta iniciativa se ha escondido mensajes sociales que están a la orden del día. Sin duda, el protagonismo lo han tenido los menores, quienes han mostrado unas destrezas impecables, muestra del arduo trabajo que está detrás.
Esta actividad se ha llevado a cabo dentro del programa MUS-E. Este, según reza en un documento explicativo, “se desarrolla en centros escolares de titularidad pública, a través de la Metodología MUS-E, que se articula en fomentar la educación en valores a través del arte y la cultura como herramientas que favorecen la convivencia, refuerza el trabajo e incrementa la motivación para el aprendizaje”.
Una vez más, como sucede en muchos actos, Ucrania ha estado presente. Esta vez desde el foco de los niños y niñas que están sufriendo el conflicto bélico. Por los que están y han tenido que partir a nuevos lugares, como por los que ya no están a causa de las bombas. Cuatro chicas se han subido a las tablas del escenario para recrear una performance en la que todas ellas han portado una maleta de viaje. Sinónimo de que tenían que partir hacia un destino desconocido, marchan para escapar del horror. Una maleta con cientos de recuerdos que ahora dejan atrás.
Con este emotivo mensaje se ha dado comienzo a las actuaciones. En la primera, proveniente del colegio Picasso, han mostrado un vídeo que guardaba un mensaje subliminal. El bullying, tema con el que concienciar a estos pequeños de que si se ven ellos envueltos o conocen de algún compañero que lo está sufriendo, pidan ayuda o socorran a la otra persona. Apenas unos minutos de duración que han permitido concienciar un poco más esta dura realidad y que han cerrado con el mensaje: “No te calles, ¡habla!”.
Tras un vídeo ha llegado la acción. En este caso, aproximadamente 45 alumnos de segundo de la ESO han intervenido para realizar una pieza que llevaba el nombre de la obra ‘El Africano’, de Miquel Barceló. Los jóvenes, con caretas hechas a mano para recrear una especie de tribu, han realizado una cantata de la lluvia, como alegoría a la realidad de muchas sociedades en las que el agua es escasa.
La banda sonora la han puesto ellos mismos con sus propios cuerpos y voces. Zapatazos contra el suelo, palmadas y tonos bien altos para inundar el auditorio. Esto ha estado guiado por un profesor del centro, quien ha servido a modo de batuta. Detrás de ellos, gracias al proyector, se han podido apreciar las obras de este pintor español.
La nota musical se ha puesto cuando el ambiente se ha percibido más movido y ha sido cuando han llegado estos jóvenes al escenario. Lo primero ha sido la proyección de un corto donde se ha apreciado a los alumnos elaborando unos girasoles, un guiño a uno de los cuadros de Vincent van Gogh.
Tras este trabajo, que ha sido en colaboración con el CEIP Santa Amelia, ha llegado el momento del baile. Alrededor de 26 menores, todos ellos con camiseta amarilla, han danzado al ritmo de la canción ‘A Contracorriente’ de David Bisbal y Álvaro Soler. El ambiente se ha animado, los aplausos no han cesado y algún silbido se ha escapado desde las butacas. El proyector mostraba frases como, ‘Sueña’, ‘Sin miedo’. Términos de esperanza, de apostar por uno mismo. Un derroche de vitalidad y optimismo es lo que se ha vivido con estos chicos.
Este centro de la ciudad autónoma ha querido recordar el cuadro ‘El Puente Japonés’ de Claude Monet. Al hilo de lo anterior, también se ha proyectado un vídeo para mostrar algunas labores plástica que han realizado en este colegio durante el curso.
Posteriormente, ha llegado el momento de la danza. Una veintena de alumnos han realizado una coreografía con telas que han pululado por el aire junto a alguna que otra acrobacia.
Igual que el Lope de Vega, este instituto se ha decantado por la música. Incluso, ha suscitado más el furor de los espectadores. Con solo un vídeo en el que se aprecia a alumnos en una de las playas de Ceuta, planos de ellos caminando por las calles y alguno que otro cantando bajo la canción de ‘Siempre que amanece’ de MAKA junto a Dellafuente y Morad, los espectadores se han atrevido a cantar, aplaudir y alguno mover el pie al ritmo de estos sonidos.
En la línea que el centro anterior, el ‘Santa Amelia’ ha apostado por un vídeo en diferido en el que se deja ver a los alumnos elaborando un cuadro. Durante minutos en los que ellos se mueven con rapidez, ellos pintan y dan forma al cuadro ‘El Nacimiento de Venus’, de Sandro Botticelli.
La coordinación deja paso a grandes creaciones. Todos unidos con un único fin que es el de componer esta obra del maestro florentino.
Y más vídeos, aunque la jornada ha estado cargada de actuaciones en directo. Los alumnos del Centro de Educación Especial de Ceuta han mostrado cómo es su día a día. Trabajan para romper barreras, para mostrar que igualmente tienen cabida en la sociedad.
Como el ambiente en el que han estado envueltos estos estudiantes es simulando un museo, ellos han querido mostrar el cuadro ‘Noche Estrellada’ de Van Gogh. Cabe decir, que para amenizar la mañana, también ha estado el actor caballa Guillermo Ríos. Las risas con él no han faltado gracias a su punto picaresco y ácido.
A lo largo del curso, los escolares se han sumergido en distintas culturas. La oriental y la egipcia han sido las predominantes en este vídeo en diferido. Estos menores han aprendido a cómo elaborar cerámicas. Ellos han dado forma a las suyas propias.
Por otro lado, se han sumergido en Japón, donde han aprendido a escribir palabras como ‘Paz’, la cual se necesita mucho en estos momentos. Incluso se han atrevido a participar en una lucha de Kendo.
En el lado de Egipto, las actividades han ido relacionadas con la elaboración del papiro y un taller de henna. Es decir, a cómo decorarse las manos de detalles de esta cultura.
La mañana se ha animado con la llegada de este colegio. Los pupilos se han esparcido por todo el escenario en filas intercaladas. Todos ellos se han movido al son del tema ‘Canción Bonita’ de Carlos Vives junto a Ricky Martin.
Los más de 20 alumnos han cantado a la vida, a lo bonito que es disfrutarla y el sentir la música. Desde la bancada, también se ha sentido como algunos tarareaban el estribillo y se movían tímidamente.
Esta canción no es casualidad, sino que su intención han sido mostrar el cuadro ‘La alegría de vivir’ de Henri Matisse, lo cual han especificado al final de la actuación.
Tras el derroche de colores y rimbombancia, le ha tocado el turno al colegio Príncipe Felipe, que ha mostrado un vídeo en el que sus alumnos elaboran un mural con uno de los cuadros del vanguardista Piet Mondrian.
Con música de drama como banda sonora, estos pequeños han querido hacer una pequeña pieza a través del cuadro de Magritte, ‘El hijo del hombre’. Ellos han imaginado cómo se le pudo ocurrir la idea de crear este cuadro. Todo con un guion, soltura por parte de estos jóvenes actores.
El mensaje que se esconde detrás es que algo tan sencillo y simple puede significar muchas cosas. Una única situación llega a ser subjetivo, según como se quiera ver.
La cultura es historia. El arte marca periodos y sus artistas dejan ver el reflejo de la sociedad, así como la sentimentalidad que ellos llevan dentro. El ‘Siete Colinas’ ha querido rendir homenaje a la obra de Banski, quien lanza una crítica a la guerra.
Los alumnos han escenificado algunas situaciones trufadas de connotaciones negativas sobre el conflicto bélico. Temas que son actualidad, que están en los telediarios día sí y día también. Estos jóvenes han ofrecido una lección a sus mayores, ya que dejan ver que ellos igualmente se preocupan por ese dolor que sufren miles de personas a diario.
La danza vuelve a subir al escenario gracias a los niños de este colegio. También vuelve a ser un tema poco agradable, pero que acaba con una sensación distinta a como comienza. Sobre las tablas se aprecia a alguien que está triste y que está pidiendo ayuda. Los menores que están a su alrededor acuden a socorrerlo para contagiarle de alegría, buenas sensaciones. Ejemplo de esto son las acrobacias que desarrollan, así como ese estilo hip hop que recorre por las venas de algunos de estos.
A esta actuación le acompaña el cuadro ‘El grito’ de Munch, conocido internacionalmente. El pánico que adueña a la imagen ahora recobra vida pero con el fin de ese espanto se convierta en bienestar.
Todo llega a su final y de qué manera. Los ritmos de la batucada han inundado el Teatro Auditorio Revellín. Estos jóvenes acompañados de algunos de sus profesores se han movido por todo el espacio a modo de colofón, fiesta en todos los sentidos.
A su vez, los propios alumnos se han ido marchando por donde vinieron, dejando atrás una mañana entrañable en la que la cultura se ha dado la mano con la educación. Maneras de enseñar, formas de que estos jóvenes aprendan en valores humanos que les servirá para el resto de sus vidas.
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