Óscar García es profesor de Formación Profesional, de la ‘familia’ de Imagen y Sonido, en el Instituto Luis de Camoens. Asume la situación tan difícil que está pasando para conseguir que todos sus alumnos consigan los conocimientos necesarios para que sean grandes profesionales. Él tiene pasión por la docencia y así se lo transmite a sus estudiantes con su estudio diario y su entera disponibilidad, ahora de forma diferente por la situación de alarma sanitaria por el coronavirus. Los alumnos rondan desde los 16 años hasta los 53, aunque la mayoría son veinteañeros.
–Cuando se decretó el estado de alarma, ¿cómo le sentó la noticia respecto a sus alumnos?
–Las noticias iban in crescendo. Mi preocupación era palpable. Decidí tener una reunión extraordinaria con los docentes del Departamento de Imagen y Sonido y anteponernos a la crisis que se nos avecinaba. Nuestra preocupación era clara: Alumnado sin internet y/o sin ordenador, exámenes de recuperación sin realizar, puesta en común de plataformas digitales para la continuidad de las clases y módulo profesional de ‘Formación en Centros de Trabajo’.
Muchas de las cuestiones eran tratadas en las directrices de la Dirección Provincial de Educación de Ceuta, pero ante la brecha digital debíamos tomar una solución. Decidimos realizar préstamos de ordenadores portátiles para aquellos estudiantes que así lo precisasen. Una vez decretado el estado de alarma, nos reunimos con el alumnado por videoconferencia y decidimos la mejor manera de seguir adelante.
–¿Cómo mantiene el contacto con sus alumnos?
–Tienen el canal oficial de comunicación a través de los correos electrónicos corporativos. Por este medio envío contenidos interesantes que encuentro en la red relacionados con el sector audiovisual y actividades gratuitas que podemos realizar en esta cuarentena: Festival de cortos, conciertos de artistas, visitas virtuales de museos… Además, utilizamos Hangouts para videoconferencias y Classroom para corregir y comentar actividades de manera individual.
–¿Qué siente al no poder estar con tus alumnos?
–Es, cuanto menos, extraño. Lo más gratificante de esta profesión es el sentir esa energía del alumnado, adelantarte a las cuestiones y posibles problemas con solo observar sus caras y, sobre todo, la capacidad de apoyar en las dificultades de aprendizaje. En la enseñanza a distancia, considero que estos pilares se desdibujan y el seguimiento se hace más complicado y menos personal.
–¿Se ha tenido que ‘reinventar’ de cara a que los alumnos sigan con su educación?
–Desde el primer día de curso hacemos uso de plataformas digitales para alojar contenidos y tener un registro de ello. Sí que he visto necesario aplicar nuevos métodos para facilitar, en la medida de lo posible, que todo el alumnado siga recibiendo los contenidos. Con esta situación hago uso del ‘aula invertida’ para el aprendizaje de destrezas en edición de vídeo y del chat para tener un contacto más directo.
–¿Qué dinámicas o actividades hace diferentes?
–Mi tratamiento durante las clases presenciales es que somos una productora y debemos sacar adelante ciertos proyectos. La dinámica sigue siendo igual, aunque las actividades han de ser adaptadas a los medios que puedan utilizar los estudiantes desde sus casas.
–¿Cómo es su día como profesor ahora en cuarentena?
–Por las mañanas las dedico a estudiar, subir contenido a las plataformas digitales o grabar videotutoriales. Alas 15:30 horas empieza la videoconferencia. Dependiendo del trabajo, las charlas duran mayor o menor tiempo y les propongo una actividad a entregar al día siguiente: un montaje de un videoclip, una grabación de pequeñas historias… Hasta las 21:00 horas suelo estar conectado por si tienen dudas durante la realización de las actividades propuestas. Decir que empiezo y termino a una hora específica es una utopía. La realidad es que recibo mensajes a cualquier hora. Hoy nos hemos reunido los Jefes de Departamento de los diferentes ciclos de Formación Profesional con la Unidad de Programas Educativos de la Dirección Provincial de Educación de Ceuta, intentando esclarecer la flexibilización del módulo profesional de ‘Formación en Centros de Trabajo’ para el alumnado de 2º de FPB, FPGM y FPGS. Seguramente, antes de la finalización de las vacaciones, me reuniré con el equipo docente de del Departamento de Imagen y Sonido para establecer nuevos criterios y tomar decisiones.
Seguimos trabajando y, pese a desear que esta situación acabe pronto, debemos asegurarnos de que el alumnado siga formándose y adquiriendo los contenidos mínimos establecidos en la normativa.
–¿Cree que va a afectar al nivel educativo esta cuarentena?
–Me gustaría decir que no, pero, pensándolo fríamente, la respuesta es afirmativa. Hasta que no se resuelvan los problemas de la brecha digital y no se contemple la posibilidad de adelantar contenidos y calificar las actividades, el docente sólo tiene permiso para hacer repasos.
–¿Qué es lo que peor se lleva de todo esto?
–La impotencia y la incertidumbre.
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