La magistrada titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Ceuta ordenó ayer la suspensión de dos juicios por resistencia, enmarcados en sucesos ocurridos en pleno estado de alarma. Y lo tuvo que hacer ante los problemas técnicos suscitados que impidieron que pudieran celebrarse las videoconferencias previstas con testigos clave en ambos procedimientos.
En pleno estado de alarma, con un Ministerio de Justicia que pide agilizar las causas atrasadas y priorizar los medios tecnológicos para evitar riesgos, la triste realidad vivida en Ceuta demuestra que aquí se puede echar por tierra el trabajo de muchas personas porque no hay ni medios técnicos suficientes ni válidos.
Ayer, preparadas dos vistas para juzgar a dos acusados en ausencia, se tuvo que optar por la suspensión debido a la imposibilidad de llevar a cabo unas videoconferencias de calidad tanto en visión como en sonido. Y es que no es la primera vez que un órgano judicial superior ha obligado a la repetición de un juicio porque la calidad de las grabaciones no era buena o por haber momentos en los que la visión de algunos testigos se perdía, aunque el sonido fuera aceptable.
El Ministerio Fiscal interesó la suspensión de ambas vistas debido a esos problemas técnicos que imposibilitaban su celebración, petición a la que se adhirió la Defensa. Se dejó constancia de las causas que habían llevado a adoptar esta postura. Unas causas de sobra conocidas ya que de los fallos técnicos, de la falta de medios y recursos no solo se ha escrito en cuantiosas ocasiones sino que además se ha dejado constancia en escritos dirigidos a la Gerencia y al TSJA.