El conductor kamikaze que cruzó por la frontera del Tarajal este martes, arrasando con todo y superando los controles de seguridad marroquíes y españoles, ingresa en prisión comunicada y sin fianza. Así lo ha acordado la titular del Juzgado de Instrucción número 6 de Ceuta, en funciones de guardia, aunque el caso lo asumirá el número 5 que estaba el día de los hechos. Se le acusa de un delito de desobediencia grave y otro de resistencia a la autoridad. En la mañana de este jueves, el kamikaze era trasladado junto a más detenidos desde los calabozos de la Jefatura Superior de Policía, en Colón, a los juzgados. Comenzaba una mañana de toma de declaraciones que se ha extendido durante horas. Al comparecer ante su señoría, se ha dictado auto de entrada en la prisión de Mendizábal de manera preventiva, a la espera de que se celebre juicio oral por estos hechos.
Y es que la historia de este kamikaze, de origen marroquí, no ha pasado desapercibida a nadie. Ha cruzado a ambos lados de la frontera. Desde que partió de Marruecos a toda velocidad, huyendo de los controles de la Policía a pesar de que los agentes llegaron a apuntarle con sus armas, hasta que cruzó el lado español llevándose antes por delante la puerta fronteriza del puente internacional, sorteando el control de la Policía y de la Guardia Civil. Su periplo terminó en la carretera nacional, perseguido por varios vehículos policiales, siendo arrestado por los agentes y trasladado bajo importantes medidas de seguridad hasta la Jefatura Superior. Ahí todavía está el coche que conducía, completamente destrozado. El mismo coche que se analizó hasta el detalle y en donde nada se encontró salvo un cuchillo de grandes dimensiones. El kamikaze ya había tenido problemas en el lado marroquí desde donde escapaba. Ahora, esa fuga termina, de momento, en la prisión de Ceuta.