La Sección VI de la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta condenó ayer al piloto de una narcolancha que, en junio de este año, intentó pasar a la Península a 14 inmigrantes a los que puso en riesgo mientras intentaba fugarse de la Guardia Civil. No lo consiguió, a pesar de que llegó a embestir a la patrullera con tal de escapar. Los agentes del Servicio Marítimo, que esa noche lo dieron todo, se encargaron de ponerle los grilletes y ayer, el tribunal, de dictar sentencia in voce que le llevará a pasar 3 años entre rejas.
El acusado J.C.C.M. se confesó criminalmente responsable de un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, tráfico de personas, aceptando la pena de 3 años de prisión que se acordó por conformidad entre las partes. Una pena que contempló además, a requerimiento de la Abogacía del Estado, el abono de 6.052 euros a la Dirección General de la Guardia Civil por los daños ocasionados en la patrullera que se vio implicada en esa persecución. El acusado, que lleva desde el 21 de junio en prisión preventiva, aceptó la condena que deberá cumplir de manera íntegra al no haber lugar a la suspensión.
Los hechos a los que hace referencia esta sentencia se produjeron en la noche del 20 de junio, cuando J.C.C.M., junto a otra persona que no resultó acusada, fue detenido después de una intensa persecución por parte del Servicio Marítimo. Pilotaba una semirrígida de unos 8 metros eslora y motor de 300 caballos, con la que puso en riesgo la vida de los 14 inmigrantes marroquíes a los que iba a pasar a la Península. Hizo caso omiso a las órdenes de detención cursadas por los componentes del Instituto Armado dándose a la fuga de manera constante, llegando a chocar con un lateral de la patrullera oficial y jugando con el bienestar de los integrantes de esta travesía que podía haber terminado de manera trágica. Durante la ruta, ante las advertencias de los agentes, no hacía más que cruzarse por delante, haciendo recortes, pudiendo provocar que todos cayeran al agua sin contar con las mínimas medidas de protección.
La embarcación ha quedado intervenida, estaba dotada con motores de 300 caballos
La Sala, a la hora de dictar sentencia por conformidad, hizo constar que los inmigrantes no llevaban chaleco y que la narcolancha -que ha quedado decomisada- no presentaba luces de señalización ni medidas de protección. Ese pase se llevó a cabo a cambio de dinero. Se calcula que habrían pagado una hipoteca de por vida, unos 1.500 euros por persona, aunque esto nunca pudo demostrarse.
Sí que llamó la atención de esta travesía de inmigrantes que había personas mayores, alguno aparentaba presentar algún tipo de discapacidad psíquica y otro integrante padecía enanismo. Nunca antes se había topado la Guardia Civil con un caso similar y se puso de manifiesto en el atestado el poco respeto hacia la vida de los inmigrantes que tuvo este piloto.