La víctima sufrió una brutal paliza: le rompieron un brazo, la nariz y le arrancaron 7 dientes; al final se hicieron solo con 20 euros
Las dos personas que fueron detenidas esta semana por su presunta implicación en la brutal paliza sufrida por un ciudadano marroquí, al que no solo robaron sino que también lesionaron y secuestraron, han ingresado en prisión preventiva.
Contra ellos pesan las acusaciones de robo, lesiones y detención ilegal, con penas mínimas de 8 años de prisión a la espera todavía de que la víctima cure sus heridas y pueda valorarse acertadamente el alcance de las lesiones sufridas.
Tal y como informó El Faro en su edición del pasado viernes, la Policía Nacional consiguió esclarecer este suceso, enmarcado en los episodios de robos violentos y extorsiones que se están sucediendo en el entorno del Tarajal, tanto la propia frontera como las inmediaciones de las naves.
Fue allí donde se produjo la detención ilegal de este marroquí, al que los detenidos habrían pedido dinero, quitándole 20 euros. Al ver que no portaba más, lo secuestraron y exigieron a su esposa que hiciera entrega de una cantidad de dinero. No solo buscaron la extorsión sino que además le golpearon de forma brutal, arrancándole 7 piezas dentales, rompiéndole un brazo y la nariz y golpeándole por distintas partes del cuerpo. “Una paliza brutal”, apuntan fuentes policiales.
Identificación
La víctima consiguió identificar a los presuntos autores de los hechos y la UPR de la Policía Nacional procedió a su localización y arresto en la barriada del Príncipe.
Tras su puesta a disposición judicial, la víctima se ratificó en sus declaraciones, señalando a los dos detenidos como los autores de estos hechos, dictándose autos de entrada en prisión preventiva.
Estas dos personas son las únicas arrestadas por el CNP en el marco de las investigaciones llevadas a cabo para esclarecer un robo enmarcado en una situación compleja, que hace fuertes a los autores de estos hechos porque las víctimas, en su amplia mayoría, no denuncian.
Porteadores, turistas, hombres, mujeres... el abanico es amplio y detrás de los robos muy violentos, con empleo de cuchillos y pistolas, están bandas de adultos con colaboración de menores. Además de los atracos a personas se estila también el robo de vehículos y la posterior exigencia del pago de un dinero para poder recuperarlo con posterioridad.