Tres cabos legionarios han sido acusados de un presunto delito contra la salud pública y un cuarto de desobediencia. Declararon en el Togado Militar hasta la madrugada.
Cuatro cabos legionarios fueron detenidos en la mañana de ayer como parte de la operación iniciada el pasado octubre tras descubrirse entre 200 y 300 kilos de hachís repartidos en mochilas en el interior del cuartel de La Legión de Almería. Tres de los militares están acusados de un presunto delito contra la salud pública mientras que al cuarto se le leyeron los derechos solo por una desobediencia. Todos ellos fueron trasladados en la mañana de ayer desde su cuartel hasta la Comandancia de la Guardia Civil, en donde esperaban agentes de la Policía Judicial de la Comandancia de Almería, que es la que lleva la investigación del caso al haber sido hallada allí la droga.
Tras prestar declaración en la Comandancia en calidad de detenidos, fueron trasladados en una furgoneta de la Policía Militar custodiada por dos jeeps al Juzgado Togado Militar a las 17.00 horas, en donde prestaron declaración durante toda la tarde y bien entrada la madrugada. El juez del Togado tomó también declaración a otras cuatro personas que comparecieron en la sede, ubicada en la Comandancia de la Marina, en calidad de testigos. Al cierre de esta edición, pasada la una de la madrugada, aún seguían prestándose declaraciones.
La operación está bajo secreto de sumario puesto que no se descarta que puedan producirse más detenciones de personas presuntamente implicadas no solo en la preparación y cargamento del hachís, labor que se llevó a cabo en Ceuta, sino también en el favorecimiento del pase, eligiendo la ocultación idónea para que el hachís pudiera burlar no solo el control que sobre los vehículos militares realizan los propios componentes de la unidad castrense sino, también, las fuerzas de seguridad antidroga.
La Guardia Civil evitó ayer enviar nota de prensa alguna sobre la operación, dejando este cometido en manos de Defensa, de la que han recalcado su colaboración “a todos los niveles” durante el desarrollo del operativo, desde el mismo momento en que fueron encontradas las mochilas con la droga, cuyo pesaje final ha superado los 200 kilos de hachís, aclararon fuentes de la Comgeceu.
Las detenciones de los cabos legionarios se produjeron evitando fotografías saliendo del cuartel, como sí se han obtenido en otros operativos como fue el caso de la falsificación de títulos que afectó de forma sangrante a Regulares y que terminaron afeando las relaciones entre Instituto Armado y Comgeceu. De hecho los detenidos fueron llamados al despacho de sus mandos, esperándose al día de ayer para llevar a cabo los arrestos porque se incorporaba uno de los cuatro de vacaciones, tal y como concretaron fuentes castrenses a este medio.
En su comunicado oficial, Defensa insiste en que el Ejército de Tierra y la Comandancia General de Ceuta “mantienen una actitud de tolerancia cero con las drogas, realizando diversas acciones tanto de concienciación como de actuaciones y procedimientos para que no se produzcan estos incidentes, y manteniendo una estrecha relación de colaboración con las FCSE”. Un mensaje que, aunque sea de forma oficiosa, es mantenido en el seno de la Benemérita, al resaltar esa colaboración estrecha que han obtenido por parte de la Legión a todos los niveles, desde mandos hasta soldados.
¿Y cómo se ha llegado a estas detenciones? En el caso de los tres militares a los que se les acusa de un presunto delito contra la salud pública, se ha tomado como referencia declaraciones de otras personas pero también gestiones llevadas a cabo por parte del Instituto Armado en Ceuta, toda vez que, tras el hallazgo del hachís en Almería, se procedió al revisado de cámaras para, por ejemplo, señalar a los militares que mantuvieron contacto con las mochilas en las que se encontró el hachís, sumando una serie de indicios en cuanto a la presunta autoría de la carga de la droga que ha llevado a la práctica de estos arrestos.
La jornada de ayer fue maratoniana en el Togado Militar ya que la toma de declaraciones se extendió durante muchas horas, hasta la madrugada. Familiares de los detenidos acudieron a las dependencias del Togado Militar en la Marina para esperar tanto la llegada de los vehículos militares como el resultado del proceso.
La sorpresa, tras la llegada de los vehículos a la base
Los hechos que han dado pie a este operativo se produjeron el pasado 16 de octubre en la base Álvarez de Sotomayor de Almería y fueron denunciados por un componente de la Unidad que observó en su vehículo mochilas que no habían sido cargadas por él en el momento de embarcar con destino al campo de maniobras, dando parte a sus superiores que iniciaron el correspondiente procedimiento. Se fueron encontrando mochilas hasta sumar el cargamento, para, después, comenzar a requisar los teléfonos móviles que llevaban los desplazados y comenzar una investigación que durante todo este tiempo ha permanecido bajo secreto de sumario. Defensa, salvo confirmar los primeros datos, también ha estado en silencio.
Hasta 2 años por el embarque
El nuevo Código Penal Militar, que entrará en vigor el próximo enero, pone especial atención en el tráfico de drogas cuando éste afecta al ámbito castrense. “La innovación más demandada por la realidad criminológica y con abundantes ejemplos en la legislación comparada es la incriminación del tráfico ilegal de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas con remisión a los tipos del Código Penal, cuando tales hechos son cometidos por un militar en instalaciones militares, buques, aeronaves, campamentos o durante ejercicios”, se expone. Se pone sobre la mesa no solo el tráfico de sustancias estupefacientes sino también el daño que causa a la imagen de la institución.
Así, se alude también a unas circunstancias que “afectan indudablemente a la eficacia en la prestación del servicio y comportan un riesgo evidente para quienes utilizan armas y medios cuyo manejo requiere un especial deber de cuidado, por lo que el castigo de este delito debe ser incorporado al ámbito estrictamente castrense”, añade.
En cuanto a las penas contempladas para sancionar este tipo de tráficos, éstas oscilarán entre tres meses y un día a dos años de prisión para aquellos militares que “embarcaren en buque de guerra o aeronave militar drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas”, como es el caso que dio pie a la operación iniciada por la Policía Judicial de Almería tras el decomiso de más de 200 kilos de hachís en el transcurso de unas maniobras llevadas a cabo el pasado octubre.
Se pena el tráfico pero también el consumo, ya que de hecho se pena hasta con un año de prisión el consumo de drogas tóxicas en acto de servicio.