El tiempo pasa tan deprisa que las primaveras duran un segundo y son como un huracán. Los años parecen siglos pero no es así.
Dicen que nuestra patria es la infancia; la nostalgia, la época en las que fuimos felices: los primeros maestros, los primeros compañeros de juegos, las primeras canciones, las primeras palabras, la primera vez que entramos en esa sociedad en las que los cuentos son las normas, las ciencias no son exactas, los gnomos se esconden por las mesas y vemos piratas, brujas, hadas, mariposas posadas en las flores...con los cinco sentidos comenzamos la aventura de la vida.
Así, en Ceuta existe un universo llamado Escuela Infantil La Pecera. Sus habitantes son 160 alumnos de 0 a 3 años, 13 educadores 2 miembros del equipo de Dirección, 2 administrativos 1 conserje, 2 cocineras y 4 limpiadoras.
Extraordinarios profesionales que trabajan con los recursos disponibles y con otros que ellos tienen que idear, diseñar y construir para que la educación integral de la guardería se aproxime a la filosofía que persiguen en este fundamental tramo educativo escolar.
Esta semana estos educadores se concentraban para que la ciudad supiera la situación real de la Pecera y se visibilizara con luz y taquígrafos: obtener materiales lúdicos de psicomotricidad y de estimulación sensorial, mejoras en las instalaciones del Centro para salvaguardar la seguridad de los peques: paredes desconchadas, columnas oxidadas y puertas de acceso de las aulas al patio que son puertas emergencia, al menos tres de ellas no se pueden abrir. Todo un agravio comparativo respecto a las escuelas públicas de esta ciudad.
Celaya, Rontomé, y ahora la nueva consejera de Educación Doña Pilar Orozco son sabedores de las reivindicaciones expuestas. Lo curioso es que no se reúnen con estos trabajadores para que sean ellos las voces autorizadas para aportar todo tipo de condiciones que necesita la escuela.
Caducada la licitación se presentará al ayuntamiento un nuevo pliego con condiciones y mejoras pues en el anterior hay muchas carencias
La empresa Koala (Soluciones Educativas Clece) volverá a pujar por la licitación y la elección del Ayuntamiento será para la empresa que menos presupuesto solicite.
Se tiene una deuda con los trabajadores de unos 4.000 euros. No han percibido la subida de sus salarios desde noviembre de 2021 estando aprobado por ley y convenio. Se ha puesto en manos de la justicia y “misteriosamente” ya por dos veces se ha anulado el juicio.
Y yo, desde la inocencia que caracteriza a este CAÑONAZO, me pregunto. ¿Cuántos políticos llevan a sus hijos a la Pecera? ¿Por qué la consejera consulta con todo el mundo y lanza brindis al sol sin hablar directamente con los educadores? ¿Y si hay un incendio? ¿ Salimos por la ventana o nos quedamos esperando a la consejera? Lo mismo el equipo de Vivas le echa la culpa a CLECE y se lava las manos.
Doña Pilar Orozco no puede vestirse de madrastra de Blancanieves ni el alcalde del coco que asusta a los niños.
Para CLECE todo esto es un negocio empresarial. Niños, hoy voy a contaros el cuento de un pulpo que metieron en una pecera.