Llega a nuestra piel y a nuestros ojos los primeros rayos solares. Nos hace ser un poco más felices. Nos da unas sensaciones que nos hace tomar el rumbo de la calle, a caminar y buscar unas cosas que siempre nos tiene en jaque. Uno intentar coger un poco de color a nuestra piel blanquecina, producto de estar en casa por el mal tiempo reinante, estos pasados días y también, por qué no vamos a olvidar, el dichoso Covid.
Pero otro motivo, y creo que más fuerte, si cabe, es ver esa tripita. Esa que todos deseamos que este lisa, y a ser posible con unas tabletas. Pero seamos realistas. A nuestra edad, y con todos los achaques, que si dolores y las prescripciones médicas nos tenemos que conformar con andar todo lo que podamos.
"Ya me dice un amigo que especuló mucho con el futuro. Pero el presente, y es lo que estamos ahora mismo, es un maná. Es eso que nos traen y que debemos de alimentarnos cada día. No dejemos para mañana, lo que podamos hacer hoy"
Es muy bueno. Tanto para quemar grasas, como para estar entretenidos. A mi, particularmente, me encanta: ver a los amigos hacer lo que te gusta, saludarlos y decirles que los vez más delgados (igualmente, nos dirán por una cortesía o por ser verdad). Ya lo refutaremos con el espejo después de nuestra agradable ducha. Si vemos algún colgajo, tendremos, y es lo que nos pasa a los viejos, el recuerdo de nuestro cuerpo añorado.
Pero tendremos esperanzas de un mañana, que nos veamos un poquito o parecido al pasado de nuestros tiempos. Pero como decía el poeta: ¿Volverán las oscuras golondrinas?. Yo tengo confianza y digo que sí. Por mi parte le pondré todo el empeño posible. Y más viendo este solecito que me invita a salir. ¿Y a ustedes?
Ya me dice un amigo que especuló mucho con el futuro. Pero el presente, y es lo que estamos ahora mismo, es un maná. Es eso que nos traen y que debemos de alimentarnos cada día. No dejemos para mañana, lo que podamos hacer hoy. Más vale pájaro en mano, que cientos volando. Pero de esto no hay duda. Se aprovecha estos días. Solo hay que girar nuestra caminata por las playas y allí veremos unos cuadros muy bonitos. Unas instantáneas que se creía que se habían perdido. Pero están ahí otra vez. Y pienso en el refrán que dice: la primavera, la sangre altera.
Y me da un poco de alegría. Seguimos vivos y eso hay que darle gracias a Dios. Lo malo sigue, pero ¿quién puede pensar en ello hoy?. Con este día tan maravilloso. No sigo escribiendo, ya que me voy a disfrutar de este bonito día primaveral.