Ciudad y Delegación acordaron ayer cerrar ‘Tarajal II’ durante una semana, al objeto de disponer del tiempo suficiente para reflexionar sobre las posibles soluciones que eviten el riesgo para la vida de las personas. Con un escueto comunicado oficial, las dos administraciones buscaron salir airosas de la nefasta gestión que están desarrollando en fronteras. Un área de exclusiva responsabilidad de un delegado del Gobierno cuya incompetencia intenta ser salvada cual padre protector por un presidente Vivas que se quema poco a poco. Y lo peor aún, se quema con asuntos que no están bajo su gestión.
Lo ocurrido esta semana es tan vergonzoso que alguien tendría que haber presentado ya su dimisión. Es un ejemplo de cómo funciona el peor equipo que ha podido pasar por la Delegación del Gobierno en los últimos años, en una burda demostración de un circo en el que cada cual se antoja más listo que el otro mientras el público ciudadano se sonroja ante la situación (no olvidemos que existe un asesor específico de fronteras).
‘Tarajal II’, una obra bloqueada durante tres años, abrió por fin sus puertas el pasado lunes. Lo hizo después de un simulacro de chirigota, un ejercicio para prever una respuesta que nunca se ha dado. Porque ‘Tarajal II’ se ha abierto sin tener los deberes hechos (cosa que no nos cuentan). Han sido unos irresponsables que han actuado a golpe de impacto, como ahora hacen, anunciando un cierre porque están desbordados y no saben cómo salir del entuerto. Abrieron el paso sin tener listas las zonas de embolsamiento (el llano de Jomasa, por ejemplo), han provocado que polígonos como el de la Chimenea se llenaran de personas bloqueando naves y causando acumulaciones, ¡dejaron que se ocupara de nuevo la escalera de la muerte! y fueron incapaces de controlar con Marruecos la entrada de personal (¿no nos llevamos tan bien?).
Y ahora, después de este completo desastre, asustados ante la sombra de una tragedia, cual niños chicos deciden correr a esconderse detrás de la puerta para cerrarla rápidamente antes de que venga el lobo. Hay que reflexionar, nos dicen. ¿Reflexionar el qué? En 2009, con la muerte de dos mujeres, se firmó un protocolo que Ciudad y Delegación han incumplido. Se ordenó un volumen para los bultos (ahora nos venden el 60x40 como una novedad), se acordó que solo entrara un número concreto de personas en el polígono (¡cómo han dejado que pasen 10.000!), se fijó unas medidas de seguridad (y ahora hasta la propia Ciudad nos dice que su superintendente ha tenido que estar improvisando toda la semana)... ¿conocen la palabra respeto? Porque memoria ya veo que no la tienen, solo la selectiva.
No sé cómo se resolverá el problema, sí se reconocer cuándo no saben los pasos que dar y disfrazan de oficialismo lo que es un continuo despiste, uno detrás de otro, hasta el punto de perder el norte. Con ‘Tarajal II’ lo han demostrado.