El acuartelamiento ‘García Aldave’ recuperó ayer, una vez más, los valores que sustentan la tradición y la historia casi centenaria del Tercio en torno a un nuevo Sábado Legionario, la formación que forma parte ya de la idiosincrasia castrense local.
El acto sirvió además para recuperar algunos pasajes pretéritos, todos ellos de actos “heroicos” cosechados durante la Guerra Civil, coincidiendo con el aniversario de las Laureadas de San Fernando –festividad que se celebró el viernes 30– que lucen los guiones del Segundo Tercio. Además, la “familia legionaria” sumó a un nuevo integrante tras la concesión del título de Legionario de Honor al teniente coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Ceuta, Andrés López García, con imposición incluida del chapiri.
Presidido por el coronel jefe del Tercio 2º Duque de Alba, Antonio Juan Alemán Artiles, el acto contó con la participación de la Escuadra de Gastadores, Mando y PLMM; la Banda de Cornetas y tambores del Tercio; la Unidad de Música de la Comandancia General de Ceuta; la Bandera ‘Cristo de Lepanto’ IV de La Legión con cinco compañías; la Compañía de Defensa Contracarro del 2º Tercio; y la bandera Nacional del Tercio Duque de Alba. Con todas las unidades formadas en el patio de armas arrancaban los prolegómenos, siguiendo la secuencia ya clásica en la formación del Sábado Legionario: la llamada y salida del batallón; la entrada de guiones; la entronización del Cristo y, finalmente, la entrada de la Bandera Nacional en formación. Alemán Artiles pasaría posteriormente revista a las tropas y saludaría a los asistentes.
Uno de los momentos cumbre de la jornada fue el homenaje a los guiones y banderas distinguidas a lo largo de la historia con la Laureada de San Fernando, el máximo galardón al que puede aspirarse en el Ejército español y que premia actos valerosos y de sacrifico en combate. De los guiones del Segundo Tercio, incluidas las Cuarta, Sexta, Decimoquinta y Decimosexta Banderas, cuelgan desde hace décadas las más altas condecoraciones. Esos reconocimientos retrotraen a episodios bélicos vinculados al bando nacional, como la “heroica” defensa de la Ciudad Universitaria en 1936 o la contención del ataque del enemigo en clara superioridad en Toledo, en mayo de 1937. También la “reconquista y defensa” de Peña Oro frente a una oleada de 41 contraataques consecutivos del bando republicano en mayo de 1938, o la ocupación de la Casa de los Catalanes, en pleno Frente del Ebro, en marzo de 1938, tras “duros combates” que se cobraron la vida del capitán al mando y del 60 por ciento de sus efectivos. Esos “méritos contraídos”, como se destacó ayer, son los que le granjearon a la Legión las sucesivas Laureadas como premio a su actuación en la contienda civil.
Día especial para Andrés López García, máxima autoridad de la Guardia Civil en la ciudad. Antes de concederle el título de Legionario de Honor, Alemán Artiles le definió como “hombre de bien, trabajador, honrado y con principios”, adjetivos que se suma a su “constante defensa de los ideales de la Legión, que son también los de España”. El Tercio le abrió ayer “el corazón y las puertas”, le impuso el tradicional chapiri y le recordó que acababa de contraer “un compromiso de honor de por vida con la Legión, los legionarios y su Credo”.
Los integrantes del Tercio vieron recompensadas también su “constancia e intachable conducta en el servicio” con la entrega de las condecoraciones de San Hermenegildo (al teniente coronel José Agustín Carrera Postigo), las Cruces Militares con Distintivo Blanco y los reconocimientos a la Constancia en el Trabajo. Oficiales y suboficiales recogieron también sus títulos de Legionarios Distinguidos y los diplomas que les acreditan como Tiradores Selectos.
Durante su alocución, el coronel Alemán Artiles recordó a los hombres bajo su mando “el orgullo” y “el privilegio de servir a España con el “inminente riesgo de dar la vida en nombre de la Patria”. La Legión, aseguró, “nació con vocación de eficacia”, condición que atribuyó, entre otras cualidades, al valor acreditado durante décadas. “Es nuestro sello de garantía”, subrayó antes de incidir en que esa cualidad es la que permite a sus hombres “mirar a la muerte cara a cara”. El valor entendido como condición de “serenidad, ecuanimidad”, que exige al mismo tiempo “fe inquebrantable en el triunfo y un ánimo de servicio a España”. “Hagámoslo nuestro, y llegado el momento no dudéis en dar la vida por el deber”, recomendó en su discurso.
Los tradicionales vivas a España, al Rey y a la Legión dieron paso al Homenaje a los Caídos, con el Novio de la Muerte entonado por los legionarios de fondo. El teniente coronel de la Guardia Civil y el subteniente Casildo Vicioso, ambos condecorados ayer, fueron los encargados de depositar la corona de laurel a los pies del Cristo de la Buena Muerte.
Adiós al Tercio tras casi dos décadas de servicio
El subteniente Casildo Vicioso decía adiós a la Legión tras acumular 19 años y 4 meses en sus filas, más de la mitad de los 38 años de servicio consagrados al Ejército en distintos cuerpos. Pasó a la reserva en abril y ayer cumplió con el protocolo de despedirse con un beso de la Bandera Nacional. En su despedida, el coronel jefe del Tercio 2º Duque de Alba, Antonio Juan Alemán Artiles, le transmitió su “reconocimiento y gratitud” y le recordó que, por méritos propios, se había ganado “el privilegio de formar parte de la familia legionaria de por vida”, la que “es y será siempre” su casa.
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