Es cierto que los empresarios han dado un paso hacia adelante sobre el que ya no cabe marcha atrás. Resulta que han decidido plantarle cara a las dos administraciones, tanto a la autonómica como la del Estado en la figura del delegado del Gobierno.
Sienten que ya no pueden más, que lo que hicieron junto con los trabajadores para plantar una queja ante el ministro de Justicia, porque era un integrante del Ejecutivo, con el que hablaron y que no ha servido para nada, es papel mojado. Y en el Gobierno existe preocupación.
El mismo presidente Vivas se lo ha transmitido a su más íntimo círculo de confianza, no se encuentra a gusto, porque, en realidad, el sector empresarial nunca se había mostrado tan combativo y menos con su Gobierno.
Resulta que nadie sabe como podrá terminar esto, pero en la Asamblea extraordinaria existieron muchas voces, muchas quejas, demasiadas protestas y ganas de salir a la calle para decir lo que está pasando de manera clara y t tajante.
No sabemos si el diálogo servirá ahora mismo, pero no sería nada malo tender puentes, aunque lo mejor es encontrar soluciones a las demandas del sector empresarial. De lo contrario, mal pintan las cosas en Ceuta.