“Pregúntele a los sindicatos”

Así respondió Eduardo Pascual, excoordinador de Vitalia, a la juez Mercedes Alaya: “Si usted piensa que esto es algo para coger dinero, dígame dónde lo tengo yo. Pregunte a los sindicatos y a esos señores de Andalucía”. El tinglado –la Junta de Andalucía, empresas pantalla,  trabajadores, entidades mediadoras, gabinetes jurídicos, testaferros, “conseguidores” y sindicatos– que se montó en Andalucía para saquear dinero público es de tal magnitud que revela el grado de bandolerismo, de envilecimiento, de degradación y de corrupción al que ha llegado una sociedad –la andaluza– y su infame casta política después de treinta años de ‘régimen’ socialista. Pero si eso es increíble, más increíble es que la ciudadanía andaluza no se haya tirado a la calle un día sí y otro también para manifestar su descontento y sacarles las vergüenzas a todos estos que están pasando por el juzgado número 6, cuyo titular, Mercedes Alaya, los está enviando en fila india a la cárcel. Cuando se supo que el Exdirector General de Trabajo y Seguridad Social, Francisco Javier Guerrero, se gastaba el dinero de los ERE en juergas, putas, gintonics y en cocaína, que le servía su presunto camello, un tal ‘Goyo’, según declaró el chófer de Guerrero, Trujillo, otro ‘artista’ del faranduleo, ya parecía muy extraño que el ciudadano actuase como si no fuera con él. Es decir, de manera bovina, castrada y miserable. Tal vez esa conducta abyecta y zarrapastrosa de la ciudadanía sea debida al clientelismo y al ‘engrasamiento’ al que la sometió el ‘régimen’ y sus aledaños en estos treinta años de socialismo corrompido hasta las heces. En épocas más viriles, tal vez, los andaluces, y los españoles en general, se hubiesen tirado a la calle a pedirles cuentas al ‘bárbaro modo’ a estos miserables que se han chupado por encima de los mil millones de euros. Pero estos tiempos de socialismo ‘poszapateril’ han propiciado que las masas que protestan de un modo algo más elevado de lo normal sean calificadas inmediatamente de fascistas, crispadoras y de derecha  cavernaria.
En ese entramado corrupto cabe destacar tristemente, ¡otra vez!, a los sindicatos, los cada vez más desprestigiados CC.OO y UGT, que suelen repartir carnets de demócrata y de progresista. La juez Alaya, en el auto que ordenó la prisión para el exdirectivo de Vitalia Antonio Albarracín, expuso que la empresa mediadora había pagado 4.291.384,10 euros a “los entornos” de UGT y CC.OO por su intervención en los ERE. Cantidades que, al parecer, salían del presupuesto público en concepto de “subcomisiones”. La verdadera aportación de estos sindicatos, según la juez, era “la información privilegiada que facilitaban a la mediadora sobre empresas en crisis que pudieran derivar en la suscripción de una póliza”. Con estas ‘aportaciones’ a los sindicatos, la Junta, políticamente, se aseguraba la “paz social” –argumento utilizado por la Consejería de Empleo en sus alegaciones cuando la Intervención General alertó de que el procedimiento vulneraba la normativa vigente en materia de subvenciones–. Así, tanto UGT como CC.OO, que participaban en los ERE a través de Atlantis Asesores y Temiqui, cobraban un porcentaje que oscilaba entre el 0.5 y el 1 por ciento del volumen de la póliza contratada. Supongo que ya va siendo tarde para que ‘el Pastrana’, secretario general de UGT-A, y ‘el Carbonero’, secretario General de CC.OO-A, salgan a la palestra a mostrar el pétreo careto y dar razón de los tejemanejes de los que la juez Alaya les imputa.
Andalucía se ha caracterizado, aparte de ser tierra del buen vino y del buen jamón, por ser una tierra que ha dado inmejorables cosechas del buen ‘bandolerismo’. Y continúa siéndolo. Así, a los famosos “El Pernales”, “El Tempranillo”, “El Tragabuches”, “Pasos Largos” y otros, se les podía unir los personajes más conspicuos que más han esquilmado la hacienda andaluza en el caso de los ERE. Podríamos citar a varios de ellos, pero el que sobresale por encima de todos es el “conseguidor”, exsindicalista de UGT, Juan Lanzas. Este es un personaje “made in Andalucía”. La imputación de este ‘nota’ casi acaba con el Código, véase: prevaricación, tráfico de influencias, malversación de caudales públicos, falsedad documento mercantil, asociación ilícita, blanqueo de capitales y cohecho. Ahí es nada. Jubilado irregularmente, ha amasado una fortuna, a través de un entramado de blanqueo de dinero de las subcomisiones, entorno a los “cincuenta millones”, amigo de Guerrero,  participa en despachos de abogados, empresas pantallas y testaferros. ¡¡Uff!! La guardia civil le encontró debajo de una cama, en una maleta de una máquina de escribir, 80.000 euros en billetes de 500. Hasta la guardia civil ha empleado un artilugio llamado ‘georradar’ para peinar una finca suya de grandes proporciones en busca de un ‘zulo’, en donde se cree que hay dinero y documentos.
La semana pasada, la Agencia Tributaria elaboró un informe titulado “Movilidad del Mercado de Trabajo en las Fuentes Tributarias” que permite analizar “territorios más o menos dinámicos” del país, “donde la oferta de ocupación atrae, o, por el contrario, se pierde población asalariada”. A hilo del informe de la Agencia Tributaria, desde que empezó la crisis económica en 2008 hasta 2011, Andalucía ha perdido 264.711 asalariados permanentes, lo que equivaldría a la suma de las poblaciones de Jaén capital, con 116.731 habitantes, y la ciudad de Huelva, con 148.500. Era, amable lector, necesario que reprodujese el párrafo anterior para que se diese cuenta exacta de la gravedad del saqueo al que ha sido sometida Andalucía. Pues bien, al contrario de lo que diga el actual Consejero de Economía y Empleo de la Junta, el dinero malversado, mil cien millones, ha tenido una incidencia directa del 36% en la tasa de paro. Esos euros malversados es más de lo que recibe Andalucía para las políticas de empleo en años. En fin, es imprescindible, para reparar el daño a Andalucía, que oigamos el sonido hueco de rodar cabezas .