La eurodiputada de UPyD Beatriz Becerra considera que "la actual exclusión de Ceuta y Melilla de la Unión Aduanera supone un lastre en la lucha contra el yihadismo y en la gestión de la política migratoria y de asilo común".
Así lo ha expresado en una pregunta dirigida a la Comisión Europea en la que interroga a los responsables de la UE sobre qué medidas van a tomar para solucionar esta situación que, en su opinión, "supone un lastre en la lucha contra el yihadismo y la gestión de la política migratoria".
El interés de la eurodiputada por nuestra ciudad sería digno de reconocimiento si viniera acompañado de un estudio previo y pormenorizado sobre cuál es la realidad que se vive diariamente en Ceuta y Melilla, que también está incluida en su pregunta. Porque hasta el momento, no ha quedado constatada, por ejemplo, la vinculación entre el 'comercio atípico' y la actividad yihadista. De existir, los responsables de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en nuestro país han guardado hasta ahora silencio sobre este asunto. Es más, en las más de veinte detenciones de individuos sospechosos de estar involucrados en actividades relacionadas con el yihadismo no se ha hecho ninguna mención al paso de bultos por la fronteras de las ciudades autónomas.
Tampoco deja claro la eurodiputada Becerra la relación entre la exclusión de Ceuta y Melilla de la Unión Aduanera y las supuestas deficiencias en la gestión de una política migratoria y de asilo común. Basta con echar un vistazo a lo que ocurre en las fronteras del otro lado de la Unión Europea para comprobar que, por desgracia, el problema de la inmigración va más allá de la pertenencia o no a la Unión Aduanera.
Y finalmente, se refiere a las mujeres porteadoras y a la vulneración de los derechos humanos que, asegura, se produce con la actividad que éstas llevan a cabo diariamente. Sin embargo, la eurodiputada Becerra no señala quién es el responsable de esta supuesta vulneración ni quiénes son los principales beneficiarios del comercio atípico.
Un conocimiento más cercano de la realidad de Ceuta y Melilla hubiera permitido a la eurodiputada realizar un mejor planteamiento de su pregunta sin crear incertidumbre, generar alarma ni arrojar dudas sobre el papel que desempeñan ambas ciudades autónomas.