Ha escrito doce novelas, diez libros infantiles, dos biografías y varios ensayos, relatos y guiones de cine y televisión. Puede presumir de tener en su poder un Premio Planeta, fue allá en el 1998 por ‘Pequeñas infamias’. Pero aquello tan solo fue un punto de partida para crecer y que su nombre resonase como el más esperado de esta Feria del Libro. Carmen Posadas desembarca hoy en Ceuta con grandes expectativas y muchas ganas de encontrarse con su público lector, una cita que será a las 20.00 horas en la Biblioteca Pública.
Muchos serán los temas que se aborden a lo largo de una hora. Porque confiesa pertenecer a ese pequeño y ‘extraño’ nicho social que todavía sigue apreciando más el contacto físico y que reniega de las redes sociales. Y para Posadas esos encuentros “hacen más” que cualquier conexión en directo con un lector que se encuentre al otro lado del mundo.
Pero sin duda, si de algo se hablará será de su última novela que nuevamente vuelve a ser todo un éxito. En ‘La maestra de títeres’ se ha lanzado a retratar la ‘Feria de las vanidades’ de la transición española. El resultado: una aguda visión de la alta sociedad, con nombres y apellidos reales y otros que cada lector deberá descubrir… y si no, podrá preguntárselo esta tarde.
–Hasta no hace mucho las ferias literarias eran uno de los grandes eventos para la promoción y venta de libros, sin embargo ahora compiten con el auge de los formatos digitales. ¿Han experimentado una caída o continúan teniendo la misma importancia y afluencia?
– Cada vez son más importantes. Las redes mueven un enorme flujo de personas, pero precisamente la gente está cada vez más necesitada de ese contacto físico. El ver al escritor, poder sacarse una foto con él, charlar o compartir experiencias
–¿Cómo han cambiado las nuevas tecnologías esas técnicas de promoción?
–Hay géneros que se han beneficiado mucho de las redes, la prueba está en la poesía que se encontraba en una decadencia absoluta. Los escritores apenas llegaban a publicar quinientos ejemplares y en redes ahora tiene cientos y miles de seguidores. Aunque es una poesía muy superflua y simple, si le ha ido bien, todo sea bienvenido.
Las redes sociales han sacado a la poesía de la decadencia absoluta en la que se encontraba”
–Las nuevas tecnologías, ¿no conspiran contra la lectura tal como la hemos venido entendiendo hasta ahora? Me refiero a ese principio de la tiranía de la actualidad. Esa necesidad de vivir pendientes del teléfono, de mirar el WhatsApp contestando mensajes…
–Es un arma de doble filo. Por una parte ayuda a esa difusión de la obra, aunque esté pirateada, pero ayuda a llegar al lector. En el marco publicitario está muy bien. Pero sí que hay cierta tiranía porque no te deja concentrarte exclusivamente en leer un libro cuando estás pendiente de un mensaje, de mirar la última noticia a través del móvil... por lo que el lector nunca llega a profundizar.
–En su última novela, ‘La maestra de títeres’, se lanza a hacer un recorrido por los sesenta últimos años de la historia de España a través de la exhibición exagerada y excesiva que hace de su protagonista. Además, a lo largo de ella hay personas muy reconocibles.
–Me he inspirado en muchas personas, porque yo lo que quería era hacer un homenaje a William Thackeray, el autor de ‘La Feria de las Vanidades’, en la que hay dos protagonistas, una es una mujer enamoradiza, romántica, idealista, que es un poco la Ina de mi novela, y la otra es una mujer que no tiene prácticamente formación ni siquiera es muy guapa, pero que sabe moverse y se convierte en un personaje en la Corte del rey de Inglaterra de principios del siglo XIX. Al pensar en quién sería el equivalente en España de Becky Sharp, me dije: bueno, tiene que ser alguien de las revistas del corazón porque, sin formación y algunas ni siquiera belleza, consiguen convertirse en personajes, y la gente sigue su vida como si fuera una novela por entregas. Entonces, de una tomé sus muchos maridos, de otra su aspecto físico, de otra su forma de hablar, hice un mix y salió Beatriz Calanda. Aunque después, pensándolo bien, debería haber retratado a una influencer, esas son las Beatriz de Calanda de nuestra sociedad actual.
–¿Qué opinión le merece esta sociedad de influencers en la que todo queda resumido a la superficialidad?
–Me parece incomprensible. El otro día entré en un blog que tiene, no sé, cuatro millones de seguidores, y lo que me mostraba era cómo se hacía un café. Me parece absurdo, delirante. Se basa en el efecto mirón, a la gente le gusta ver la vida de otras personas, pero en mi opinión es algo temporal que pasará.
–¿Se inspiró en algún perfil para retratar a su protagonista, Beatriz de Calanda?
–Lo que hacemos todos los escritores es tomar los datos de aquí y de allá… y acabas haciendo un collage de manera que ningún personaje es nadie en concreto. En esta novela hay gente que cree reconocer a una persona y otra gente, a otra. Eso significa que lo he hecho bien.
Esta sociedad de influencers basada en el efecto mirón me parece incomprensible y delirante”
–El protagonismo lo ostentan las féminas, sin embargo, ha dicho que no se trata de una novela de mujeres.
– Encuentro agotador ese mundo de los estereotipos. Las mujeres buenas y los hombres malos. Reniego de todo eso. Las personas tenemos matices y yo lo que quiero es reflejar esa sociedad real. Tienes que escribir una novela y ella dejará traslucir tus filias y fobias, por ello debemos establecer un espejo en la mitad del camino que refleje esa realidad.
–¿Siguen escribiendo las mujeres solo para mujeres?
– El peligro que corremos es caer en ello. No me gusta nada esa literatura de mujeres para mujeres sobre mujeres. Me gustan mucho los hombres y no quiero dejarlos de lado, marginarlos, oprimirlos y pintarlos como los malos, y hacer una novela para demostrar que las mujeres son mejores que los hombres... Fracaso total, te sale un bodrio
–En esta revolución feminista. ¿Qué papel tiene o debe ejercer el mundo literario?
–El factor interesante del ‘Me too’ es que tiene un antes y un después, y mujeres que antes no se atrevían a hablar ahora lo hacen libremente, pero ello no debe llevar a estigmatizar a los hombres. En cuanto al mundo literario, por supuesto que ha habido un cambio y lo estamos experimentado. Ahora por fin las mujeres somos libres de presentar el otro lado de la historia, el otro punto de vista, por lo que me parece un factor muy interesante. Es esa perspectiva femenina que durante décadas estuvo oculta.
–¿Qué opina de la inclusividad del lenguaje?
–Me parece una tontería. Hace poco leía que la Universidad de Granada quería cambiar los nombres de los meses del año para hacerlos inclusivos, es decir, a enero ponerle enera, a febrero febrera y así sucesivamente. Eso en qué ayuda al lenguaje, todo lo contrario, me parece una aberración.
–¿Qué libro se encuentra leyendo y cuál recomendaría?
–Estoy leyendo muchos libros de novela histórica porque es el género en el que quiero centrar mi próxima novela. Felipe II, María Tudor... y así hasta la actualidad. En cuanto a la recomendación, me voy a permitir recomendar ‘La Maestra de títeres’, porque es una novela que cuenta la historia de España a lo largo de sesenta años desde puntos de vista muy distintos. En ella creo una intriga que no se resuelve hasta las últimas páginas y además nada es lo que parece. Como hacía Agatha Christie, me gusta jugar con el lector.
Carmen Posadas y Juan Manuel de la Prada los dos preferidos de la revista dominical XL, muy admirados.
Da gusto escuchar a personas que disfruten de una buena conversación. Soy una admiradora de Carmen Posadas desde hace años y lectora asidua de sus artículos. Es un placer observar entrevistas así, los medios de comunicación deberían de promocionar esta clase de información. Os felicito.