Unas 300 personas protagonizaron en la tarde de ayer una avalancha en la frontera cuando pretendían sacar a la carrera los bultos. El Tarajal tuvo que sufrir cierres continuados debido a la acumulación de
porteadores, en su mayoría mujeres, llegando a estar bloqueado en el lado español y marroquí hasta pasadas las cuatro de la tarde.
La guerra por sacar el bulto volvió a ponerse de manifiesto en un espacio fronterizo cogido entre alfileres, en donde hombres y mujeres necesitan sacar mercancía para ganar algo de dinero en un mes de
Ramadán que está siendo especialmente complicado.
Esta misma semana se producían importantes
protestas en el lado marroquí que causaron el cierre del Tarajal y desencadenaron otra medida como efecto colateral: la clausura del ‘Tarajal II’, que espera abrir mañana de nuevo al tráfico.
Las mujeres protestaron porque no pueden sacar bultos, ya que tienen que ceñirse a los dos días establecidos sin que haya además pases para todos. La prohibición en el acceso de vehículos patera por la frontera lleva a que haya un mayor intento de entradas a pie. La conclusión es más que evidente: de los colapsos se lleva a la imposibilidad de cruzar a Ceuta y, de ahí, al consiguiente estallido social.
Tal y como confirmaron fuentes del Instituto Armado, la salida de estas 300 personas se produjo sin incidentes graves, atendiendo al pase facilitado por
Marruecos para evitar males mayores y consiguiéndose canalizar así todo el tráfico de bultos que permanecía retenido.
Es el lado marroquí el que impone las medidas en un escenario en el que hay miseria, muchísimas personas que tienen que vivir del bulto ante la falta de otras salidas en Marruecos y restricciones que topan con la supervivencia buscada.