El titular del
Juzgado de Instrucción número 5 de Ceuta ha tomado ya declaración a los
policías locales de la UIR que participaron en la
intervención llevada a cabo en la tarde noche del pasado sábado, cuando se estaba celebrando en la calle la
victoria de Marruecos sobre Portugal enmarcada en el
Mundial de Qatar. Los
agentes declararon en calidad de investigados al igual que las tres mujeres (una de ellas menor de edad) que figuran también como denunciantes. De igual manera las féminas fueron reconocidas por el médico forense que debe determinar en un informe las lesiones, algo que resulta clave para la posterior consideración de los hechos ocurridos y su calificación jurídica.
Hasta el momento lo que se había visionado públicamente y aportado en el juzgado eran grabaciones hechas por particulares con sus
teléfonos móviles, subidas a redes sociales o difundidas de forma masiva por whatsapp.
Ahora su señoría dispone también de las grabaciones obtenidas directamente de las cámaras que portan los policías adosadas al pecho, con las que recogen los detalles de sus intervenciones. No se han presentado de momento más documentos gráficos ni vídeos sobre lo ocurrido.
Con las mismas, los policías locales argumentaron que antes de intervenir con sus defensas sufrieron un acometimiento y zarandeo, negando por tanto la actitud pasiva que las denunciantes insisten que mantuvieron en todo momento.
Según las manifestaciones de los policías, primero intervinieron con una persona que tocaba un tambor en el inicio del Paseo del Revellín, ya que alrededor se estaban aglomerando muchas personas lo que a su juicio impedía transitar a otras. Los policías informaron a los presentes que no obstaculizaran la vía pública procediendo a identificar a quien tocaba el tambor, un vecino de Ceuta de la barriada del Príncipe. Las personas que estaban en el lugar reprocharon a gritos esta decisión policial por impropia, ya que no solo en Ceuta sino en cuantiosos puntos del país estaban repitiéndose celebraciones similares en todas las calles.
El detonante que hizo estallar todo, según la narración policial que soportan en las grabaciones hechas con sus cámaras, fue la presencia de otra persona que comenzó a grabarles de cerca con un teléfono móvil. Uno de los integrantes de la UIR le solicitó su documentación advirtiéndole de que no podía hacer uso de esas grabaciones con sus rostros. Los policías mantienen que esta persona no quería identificarse y que fue entonces cuando le indicaron que se le iba a proponer para sanción por lo que se le trasladaría a la Jefatura Superior para identificarle. Fue ahí cuando estalló todo, siempre según su versión.
La Policía mantiene que a fin de evitar la acción de identificar a este varón, las tres mujeres arremetieron contra ellos, viéndose acorralados y obligados a usar las defensas para disolver a los presentes.
En poder de su señoría están las manifestaciones de los agentes, las de las mujeres que mantienen que fueron golpeadas sin una provocación previa y las grabaciones aportadas a la causa.
Queda por conocer el informe del forense para saber ante qué tipo de hecho se está.