Agentes de la
Policía Portuaria han rescatado a tres inmigrantes magrebíes cuando intentaban alcanzar, a nado, uno de los barcos que une Ceuta con Algeciras. De madrugada, se arrojaron al agua y a nado buscaron la manera de alcanzar el ferry de Balearia para cruzar al otro lado. “Lo hacen arriesgando sus vidas”, indica un agente a este periódico, en una ruleta que se repite todos los días y en la que se salvan vidas, aunque estas intervenciones no salgan en los medios de comunicación. Nadie puede poner un veto al puerto. Se ha convertido en el objetivo de adultos y menores. La redada llevada a cabo hace semana y media por Policía Nacional y
Guardia Civil que se saldó con casi 90 interceptados tuvo nula efectividad. Salvo los adultos, que fueron expulsados, en el caso de los menores volvieron al mismo lugar a las horas. Quieren estar en el puerto porque se presenta como su pasaporte, y para ello ponen sobre la mesa las estadísticas de quienes han conseguido pasar. Doce niños en solo un fin de semana. Todas las noches se saldan con interceptados, con adultos o niños que son localizados empapados, sin protección, y que tal y como terminan de ser atendidos por la Cruz Roja, vuelven a marcar su objetivo: arrojarse al agua, intentar burlar la vigilancia y llegar a algún barco.