Un agente de la Policía Nacional ya jubilado encontró en la mañana de ayer, mientras buceaba por la zona de la playa del Chorrillo, una pieza de un fusil de asalto ya oxidada. En concreto era la parte del cañón, ya deteriorado y que presumiblemente llevaba tiempo en el fondo del mar. Normalmente las armas, y más las de este tipo, las hacen desaparecer poco a poco y por piezas para evitar su posible identificación.
Esta parte fue entregada a agentes del Servicio Marítimo de la Guardia Civil que en esos momentos se encontraban por la zona con su embarcación como parte de las inspecciones que se llevan a cabo. Ellos se encargaron de su traslado a la Comandancia.
El hallazgo fue casual, ocurrido mientras el agente -ya retirado del Cuerpo- practicaba buceo encontrando así la pieza de esta arma, identificada como un fusil de asalto cuyo origen será prácticamente imposible de concretar.
La pretensión por hacer desaparecer las armas, cuya tenencia es ilegal y está penada con cárcel, lleva a despiezarlas en muchos de los casos y ocultarlas en distintos puntos, de ahí que hayan sido varias las ocasiones en las que las fuerzas de seguridad han encontrado partes de armamento y no la pieza entera. Todas son entregadas y analizadas aunque el rastreo hasta su origen es prácticamente inviable.
El hallazgo de fusiles de asalto queda marcado en la particular hemeroteca de servicios policiales de lucha contra la delincuencia que ha dejado varios episodios en nuestra ciudad. En muchos casos son fruto de robos a fuerzas policiales y a las Fuerzas Armadas.