La XXXVI Promoción de la Policía Nacional también recobró la normalidad post-pandémica después de dos años en su Academia de Ávila. Allí, 2.523 alumnos de la Escala básica, 1.818 hombres y 705 mujeres, juraron y prometieron defender la Constitución y cumplir con sus obligaciones profesionales en defensa del respeto y la convivencia, vigilando y cuidando de la ciudadanía frente a la delincuencia y el crimen. Entre ellos cuatro jóvenes de Ceuta.
Una ceremonia a la que acudió FaroTV y que estuvo presidida por el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska. También estaban presentes el secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez Ruiz, el director de la Policía Nacional, Francisco Pardo Piqueras, el director de la Escuela Nacional de Policía junto a profesores y otros miembros de la misma, así como diversas autoridades locales.
La mañana recibió en la Escuela a familiares y amigos con la previsión de altas temperaturas que finalmente fueron llevaderas, sobre todo para los alumnos que debían permanecer en sus puestos, vestidos de gala, durante dos horas. El acto tuvo momentos muy emotivos; para unos, cuando se escuchó a las nuevas voces entonar el ‘Himno al caído’, para otros, ver recibir el despacho de funcionario de la Policía Nacional, tras lo que será recordada como una ‘promoción diversa’ por haber tenido lugar con estrictas medidas anti- covid; afortunadamente, no les ha restado ni un ápice de empeño en perseguir su meta, ilusión que han conservado, desde que comenzaron en septiembre de 2020.
Ceuta, que necesita más efectivos, como el resto del país, ha recibido durante el año de prácticas a 35 jóvenes, de los cuales 4 son caballas. Mª del Mar, Marta, Alejandro y Hamza confiesan que ha sido muy duro, primero la oposición, luego la Academia “donde se estudia mucho más”. Están contentos de su instrucción y de haber podido realizar las prácticas en su ciudad natal. Se sienten afortunados de haber podido conocer, ver y participar en muchas actuaciones policiales, hacer diferentes rotaciones que, según ellos, algunos compañeros de la Península no llegan a tener la oportunidad de realizar, como en la UPR, apunta Mª del Mar o en el Puerto, donde Marta comenta que quedó impresionada por la cantidad de pasaportes y visados diferentes que ha visto, aun estando la frontera cerrada en este periodo. “De hecho cuando me dieron el primer DNI francés, al tocarlo, me parecía de cartón y me quedé sorprendida a pesar de que mi compañero me decía que sí, que era de verdad”.
Experiencias que cada uno ha apreciado de una manera, pero que los ha llevado a todos ellos a recalcar que la intervención ciudadana es lo que más les ha llamado la atención. Para Hamza, “es una satisfacción personal llegar a un sitio donde una persona está en apuros y que vea a la Policía y se le cambie la cara, que se ponga contenta y que sepa que estamos a su disposición...”.
El trato día a día con el ciudadano también sorprendió para bien a Alejandro. Los ‘zetas’, patrullar, gusta mucho.
Para Mª del Mar fue un pequeño revés, no le gustaba la calle, “prefería información ó extranjería; bueno, la calle como un trabajo más... pero el destino en las prácticas me llevó el primer día a la calle en un zeta y ahora me encanta”.
Una aventura que comenzaron tres de ellos por vocación. Hay un relevo generacional: “Mi padre se jubila en julio y yo juro ahora en mayo”, nos dice la nueva agente.
Pero, para Marta, la Policía fue como sacarla de un limbo en el que se encontraba tras haber estudiado Magisterio, haber hecho la Academia de baile y dejarlo por causas personales, aunque bailar fuera su pasión desde pequeña.
Tras este periodo de principiantes los cuatro ven ya con otro ojo el papel que juega la Policía. “Cuando eres ciudadano se ve todo muy diferente, aparentemente parece (Ceuta) una ciudad donde nunca pasa nada, pero luego cuando estás dentro te das cuenta que pasan muchas más cosas que las que se vienen a saber”. “Muchas veces vemos el policía que está parado y pensamos que no hace nada, pero a lo mejor está en una intervención o está de vigilancia y parece que no hace nada, pero está ahí previniendo un delito”.
Un familiar de Marta le decía: “La Policía no es sólo lo que tú ves en la calle, es mucho más y tiene un gran abanico de posibilidades, puedes moverte por todo el territorio español y cambiar de especialidades cuando quieras”. Quizás por esto, a la pregunta de dónde se ven en 5 ó 15 años, no dudan en decir en la Policía “probando cosas nuevas”, apunta Alejandro, aunque lo suyo en este caso es la afición al caballo, le gusta el mundo de la caballería. Quizás dentro de 10 años “me de esa picá y me diga: vamos a intentarlo”.
“Los años de la oposición han sido muy duros, hemos tenido que aguantar mucho así que ir poco a poco, paso a paso”. “Ir ascendiendo”, dice otro. Mª del Mar necesita estos primeros momentos para disfrutar tras muchos años opositando, aunque la Escala Ejecutiva está ahí para intentarlo pasado un primer momento.
Atrás quedan meses de formación en sus nuevas vidas laborales que, en este caso, es un bien para la sociedad. Aunque hoy día, apuntan, “se ha perdido el respeto a la autoridad” ellos intentarán aportar su profesionalidad en el día a día. Reivindican dotarles de más material, recursos para sus labores: “Los chalecos tenemos que comprárnoslos nosotros”, ”algunos patrullas (coches) están para cambiarse….”. Aún así se sienten muy afortunados por que en Ceuta “han tocado casi todo, es imposible verlo todo en profundidad, pero sí conocer diferentes unidades, cosa que compañeros en la península lo han tenido más difícil”.
Inmigración, extranjería, menores, puerto, UPR.. “un plus” a los que se han preparado en nuestra ciudad autónoma y que agradecen por la experiencia que ahora se llevan en su nueva etapa. Sus primeros destinos como agentes de la Policía Nacional.
Juraron, prometieron y lanzaron sus gorras al aire, no antes de elevar, en ese instante, un agradecimiento al apoyo constante de sus familiares, presentes y “a los que ya no están”, parejas y amigos que les han dado fuerzas para conseguir sus deseo: ser los nuevos policías nacionales de esa XXXVI Promoción que completaron su ciclo de preparación en Ávila. ¡Enhorabuena!
En primer lugar felicitar a los nuevos compañeros y animarles a prestigiar esta honrosa profesión que a pesar de la peligrosidad de su trabajo, tiene la recompensa del respeto de la ciudadanía a la que se debe, la verdad es que viendo las fotografías reconocer que me gustó más la de las gorras al aire por parecerme mas académicas que las del desfile qué evocaban tiempos remotos y si sirve de algo él consejo de un viejo “ caimán”, siempre respeto al ordenamiento jurídico y nunca olvidar que somos servidores públicos.