Unidades de la Policía Local interceptaron en la tarde de este sábado un dron en las inmediaciones de la playa del Tarajal, que se había precipitado al vacío con una carga aproximada de 500 gramos de hachís. Los agentes que se encontraban en la zona se hicieron con el elevador y el paquete que portaba, haciendo entrega de los mismos a la Guardia Civil. Tal y como han informado a El Faro de Ceuta fuentes policiales, tras la comprobación se supo que la carga era de unos 500 gramos de una sustancia que, tras su análisis, resultó ser hachís.
No se han producido detenciones al respecto ya que el servicio se ciñó a la detección del narcodrón y de la mercancía que transportaba y que, por fallos, terminó cayendo al vacío.
A pesar de las operaciones llevadas a cabo por la Guardia Civil y la Policía Nacional contra el negocio del tráfico de narcodrones, es ahora mismo uno de los sistemas empleados por las pequeñas redes para el intercambio de mercancía a un lado y otro del paso fronterizo, enviando remesas de pastillas y recibiendo pequeñas cantidades de hachís. El tráfico continuo hace rentable el negocio porque el abastecimiento es constante. No obstante, tras la operación Etxea llevada a cabo hace un mes por el Instituto Armado, ha descendido el empleo de los elevadores para garantizar el trasvase de narcóticos.
La propia Guardia Civil alertó en el informe que sostuvo dicho operativo del peligro del empleo de estos elevadores no solo por su fin eminentemente delictivo con el tráfico de sustancias, sino por otros como el rastreo de la intimidad de personas o los intentos de facilitar mercancías a los internos de la prisión de Mendizábal.
Los investigadores saben que este negocio ha venido para quedarse y mantienen activos los controles para aminorar al máximo ese mercadeo que burla las fronteras.
Una vueltecita por los alrededores del fuerte de San Francisco de Asís no vendría mal