La
Policía Local de Ceuta ha detenido esta mañana a otro de los llamados ‘motores humanos’, personas que son usadas para la introducción de fardos de
hachís bordeando alguno de los espigones del Tarajal o de
Benzú. En esta ocasión la entrada se ha producido desde Beliones a Ceuta, momento en que patrullas de la Policía Local han detectado esa incursión procediendo a la detención del individuo, que vestía traje de neopreno, y que, según los vecinos testigos presenciales de la intervención llevaba dos fardos de hachís. Oficialmente se ha concretado el pesaje de esos fardos: 106 kilos de droga. El detenido, de 18 años, es natural de de Marruecos. Junto a la droga, ha sido decomisado material de buceo. El arrestado fue informado de sus derechos y trasladado a las dependencias de Cuerpo Nacional de Policía ante un presunto delito contra la salud pública en el que se aportó el pesaje arrojado de la sustancia intervenida en dependencias de la Guardia Civil. Los policías observaron cómo dos individuos, al percatarse de la presencia de los agentes, huían a la carrera del lugar. Curiosamente
la Guardia Civil detuvo esta misma semana a dos marroquíes que arrastraban un fardo de droga cada uno, de casi 18 kilos por paquete.
El empleo de los ‘motores humanos’ va vinculado directamente al cierre de la frontera. Las pequeñas organizaciones buscan otras vías para introducir hachís en Ceuta desde Marruecos y una de ellas es utilizar a personas para que arrastren los fardos con una cuerda. Los guían como si fueran ‘motores’ para bordear los escasos metros que separan ambas zonas a través de los espigones. Enfundados en trajes de neopreno, buscan la manera de conseguir el pase. En muchos casos quienes ejercen este papel son inmigrantes a los que se les promete algo de dinero ya que ellos persiguen únicamente cruzar para escapar de su país. Ya son varios los casos de detenidos siguiendo este modus operandi, y varias las condenas que han terminado con los pasadores presos, con más de 3 años a sus espaldas. Es el drama del engaño que para muchos supone hacer esta travesía sin reparar en las consecuencias que pueden tener.