Entre 70 y 80 marroquíes se han amotinado en las
naves del Tarajal de Ceuta, lo que ha llevado a la activación de las unidades de la
Policía Nacional (UPR), de
Policía Local y de los propios vigilantes de las naves ante la tensión generada en este polígono reconvertido en albergue de inmigrantes. Se han tenido que cerrar los accesos para poner en marcha un operativo al objeto de garantizar la seguridad en la zona, después de que la tensión fuera en aumento durante toda la jornada, debido a las protestas y quejas de muchos marroquíes que temen ser deportados a
Marruecos y que consideran que los tienen confinados en las naves, no porque haya casos de covid, sino para llevar a cabo una operación encubierta que es negada de manera tajante por las autoridades.
Hasta el lugar se han desplazado cuantiosos efectivos de las fuerzas de seguridad, aunque ya en este punto de Ceuta hay vigilancia permanente ejercida tanto por la seguridad privada como por la Policía Local. En las últimas semanas, debido al brote de covid registrado, se han ido confinando varias naves, se empezó por dos a las que se ha sumado otro par más. Durante el despliegue de la Policía varios agentes han hablado con los inmigrantes para que depusieran su actitud, instándoles a ceder en ese amotinamiento. Ya a primera hora de la tarde era palpable el nerviosismo en este lugar.
En torno a las once y media los marroquíes han abierto las puertas de las naves y la vigilancia privada ha entablado conversaciones con ellos para calmarlos. Se ha sacado a una persona del interior en una camilla que ha sido atendida por Cruz Roja. Poco después volvían a cerrarse las puertas buscando recuperar la calma en esta zona. Poco antes de las doce de la noche se solventó esta incidencia después de negociaciones y que los amotinados depusieran su actitud. La Policía no llegó a tener que intervenir dentro de las naves.
La tensión era palpable en las naves del Tarajal
Lo que ha ocurrido esta noche ya se presagiaba, pues el miedo a la deportación
ha ido poco a poco intensificando la tensión en las naves del Tarajal. Las naves fueron confinadas por una orden judicial, después de los exámenes y pruebas de Sanidad que han confirmado los casos de covid y el riesgo a una extensión mayor. El foco que ahora existe en estos espacios, habilitados para el aislamiento temporal de inmigrantes, no tiene su origen en el propio polígono, sino que el contagio llegó de fuera, pero se extendió rápidamente en unas instalaciones en donde las medidas de distanciamiento y el cumplimiento de las normas de prevención resultan complicadas o, en demasiados casos, imposibles.
Con este último incidente, es aún más fácil reconocer cómo aumenta la tensión en este lugar de la Ciudad Autónoma, donde se ha ordenado presencia policial permanente.