La asociación está impartiendo un taller de formación a sus trabajadores
Una de las preocupaciones de los familiares de discapacitados es probablemente la vulnerabilidad de todas estas personas a las que resulta muy complicado relacionarse con su entorno, a quienes expresar sus emociones, sus preocupaciones, sus inquietudes y sus deseos les supone enfrentar una muralla que no pueden atravesar.
Desde hace ya algún siglo el avance tecnológico se ha convertido en un fenómeno impensable, impredecible e imparable y a un ritmo exponencial, la tecnología amplía conocimientos, recorta distancias y difumina fronteras de todas las clases. Sin embargo, la meta de las personas con discapacidad intelectual no es alcanzar ningún lugar remoto, no es solucionar cuestiones complejas ni resolver problemas sociales. La meta de las personas con discapacidad intelectual, es, simplemente, avanzar en la compresión de sus entornos más cercanos y en una relación de integración cómoda con los mismos. Pero hasta ahora los avances tecnológicos han supuesto en muchas ocasiones la aparición de una brecha que ahonda la distancia entre la persona con discapacidad intelectual y su entorno. Esa brecha se produce tanto por la escasa atención e ineficientes soluciones que los hasta hace poco, productos tecnológicos prestaban a este colectivo de la población.
Pero en los últimos años han crecido los intereses para que todos podamos disfrutar de las TICs, BQ es el caso de la empresa tecnológica española que ha apostado por ello, adaptando las nuevas tecnologías a los más pequeños o las personas discapacitadas de forma que suponga un aprendizaje fácil a la vez que lúdico. Plena Inclusión se ha hecho eco de ello y no ha tardado en incorporar estos novedosos productos en su centro, para incluir a los cerca de cien usuarios que frecuenta la asociación, en el mundo de las nuevas tecnologías, en el siglo XXI.
Los trabajadores de Plena Inclusión comenzaron ayer un taller que continuarán a lo largo de la jornada de hoy donde el responsable del área de soporte técnico de 3D y robótica de BQ, Agustín Parra, ha explicado en que consiste cada uno de los productos a la vez que hacía demostraciones de los mismos, pero lo más importante y la esencia del taller, ha sido como trasladar e incorporar estas nuevas tecnologías a los usuarios del centro. Se trata de productos de impresión y escáner 3D, y de robótica, el control y manejo de estos últimos se realiza a través de una tablet que ofrece unas aplicaciones muy sencillas con las que dirigir los diferentes robots, pero no sólo quedan ahí las utilidades de estos aparatos de inteligencia artificial, pues reaccionan a través del sonido o el movimiento, además como explicaba Parra pueden desmontarse y comprobar su funcionamiento interno “una forma de introducir la programación tecnológica desde pequeños o en los colectivos de discapacitados”.
Aunque se trataba de un taller de formación y aprendizaje, las jornadas se han convertido en un gran espacio lúdico para los profesionales de Plena Inclusión que han quedado sorprendidos con sus nuevos instrumentos de trabajo.
Con la adquisición de estos novedosos materiales Plena Inclusión se sube a la carrera de la implantación de las nuevas tecnologías en el aprendizaje a la vez que se posiciona como uno de los pocos centros de la ciudad que las posee.