Después de leer atentamente la información contenida en el PES (Plan Especial de Sequía) y en su DAE (Documento Ambiental Estratégico) desde la asociación Septem Nostra-Ecologistas en Acción de Ceuta deseamos presentar algunas observaciones y comentarios con la intención de aportar ideas que puedan llegar a mejorar una planificación hidrológica que realmente es cuestión de todos y en la que nos estamos jugando mucho tanto desde el punto de vista del recurso hídrico como desde la perspectiva de la conservación de la diversidad biológica que habita las masas de aguas continentales y marinas.
El PES propone las medidas y el documento ambiental las juzga en función de los impactos ambientales. No se proponen infraestructuras ni obras civiles a realizar y esto es sin duda una buena noticia, pero la menos buena es que tampoco se afrontan las medidas de gestión necesarias en una buena planificación del recurso hídrico que también atienda a las especies y los hábitats; entendemos que falta voluntad política.
En general, es de agradecer que se insista en el interés participativo y en el valor de recoger todas las alegaciones que se presenten discutiendo su aceptación o rechazo en función de razones objetivas.
El mandato legislativo que obliga a la información pública nos proporciona esta oportunidad de volver a ser una nota crítica en relación a estas cuestiones ambientales en las que está involucrado el Plan Hidrológico de Ceuta.
A pesar de que el PES es un documento accesorio dentro del conjunto del Plan hidrológico volvemos a echar de menos una mayor relevancia en la cuestión ambiental desde el punto de vista de la conservación de la biodiversidad e incluso también de las singularidades ceutíes. Los importantes impactos ambientales que sufre el medio hidrológico y sus especies quedan algo desdibujados y relegados por los sempiternos compromisos socioeconómicos que obsesionan a todos hoy en día.
“En una próxima entrega haremos hincapié en el análisis de las alternativas y soluciones que el plan prevé para minimizar los episodios de sequía”
Podría sorprender que el documento provenga de las propias entrañas del MAPAMA pues parece poco apropiado para este ministerio preocuparse tanto por el mantenimiento de las actividades económicas en el marco del mundo urbano y tampoco por las cuestiones de la biosfera; el ámbito rural queda como mero receptor del agua para la producción agrícola. Entendemos la importancia de mantener todas estas actividades pero desde nuestro criterio no debería ser objeto de culto por parte del ministerio que debe velar por los escasos espacios naturales que nos quedan y por una exultante diversidad biológica marina y terrestre única en el entorno europeo.
A pesar del mandato europeo de incluir las masas de aguas marinas dentro del entramado de los planes hidrológicos, el mar no existe como tal sino como mera lámina de agua y esto podría ser bastante inaceptable si atendemos a la privilegiada riqueza de la naturaleza marina de Ceuta. El ciclo integral del agua tampoco se aborda y con ello se nota un cierto abandono en relación a las pérdidas de agua en la red de abastecimiento y sobretodo a las obras necesarias para que las aguas fecales lleguen todas a la EDAR de Santa Catalina.
El PES también muestra deficiencias significativas en cuanto al ahorro de agua y en las nuevas medidas a poner en marcha para ir reduciendo la dependencia de la desaladora, que produce el 80% del agua que se consume en Ceuta según el mencionado plan. Visto en perspectiva hidrológica puede que este PES y su DEA sean solamente un paso más necesario para cumplir con la legislación que regula los usos humanos del líquido elemento sin mayor trascendencia.
Por todo lo expuesto parece que solo nos queda la esperanza que el propio plan hidrológico pueda recoger aspectos necesarios desde el punto de vista de la conservación de las especies y los hábitats, incluido también el medio marino, de cara al futuro.
Debido a la presencia de la desaladora y su enorme facilidad para producir agua parece que el plan especial de sequía peca de inconsistente pues difícilmente se cumplirá salvo que estuviéramos en un contexto socioeconómico proclive al aprovechamiento hídrico desde el punto de vista de la sostenibilidad y la responsabilidad hacia la naturaleza.
Pero no estamos en este escenario socioeconómico general y mucho menos en nuestra despilfarradora ciudad dónde los sucesivos gobiernos municipales se han ocupado de consumir energía y crear insostenibles infraestructuras para satisfacer un electoralismos basado en criterios puramente mecanicistas y en una forma economicista de entender la vida y la propia ciudad.
Tampoco creemos que realmente se vaya a utilizar el agua subterránea del subsuelo ceutí teniendo tan dispuesta a la fábrica de hacer agua robando agua al mar. La gran dependencia que existe ya de la desalación hace pensar que el PES solo sea un documento necesario burocráticamente hablando pero poco efectivo desde el punto de vista de la realidad ceutí.
Conviene recordar que de los diez hectómetros cúbicos/año que se necesitan en Ceuta prácticamente ocho los produce la desaladora hoy en día. Paradójicamente la desalación puede ser la mejor medida en términos de apoyo a las especies y los hábitats continentales pues puede resolver el problema de la sequía e incluso proporcionar agua a los ecosistemas en riesgo.
Sin embargo, sus impactos ecológicos en el medio marino a través de la salmuera expulsada y su insostenibilidad económica y energética la convierten en una medida a emplear solo en casos de emergencia.
En Ceuta, la utilización del agua de la desalación está planteada en contra de los postulados de la sostenibilidad y el sentido común. Cada vez existe una mayor dependencia de la desalación ya que el 80% del agua distribuida proviene del mar y es carísima en términos económicos y energéticos.
Nosotros pensamos que en vez de plantear la desalación como una forma rutinaria de conseguir el agua de consumo, debería plantearse solo como una medida necesaria que requerirá una producción básica de mantenimiento pero que solo se debe aumentar en casos de sequía severa para auxiliar a personas y ecosistemas. Otra de las cuestiones que se hecha en falta en este plan especial de sequía es la contextualización ambiental al territorio ceutí.
Al no reconocer caudales ecológicos en Ceuta nuestros arroyos y aguas embalsadas sufren las consecuencias. Si bien no existen aguas corriendo todo el año a través de los arroyos de Ceuta, sí que hay aguas subterráneas y dos sendos embalses que recogen justamente gran parte del agua que se genera en nuestro territorio.
Estos embalses tienen unos valores naturales objetivos y contrastables y bien podrían convertirse en zonas en las que se debieran mantener los caudales ecológicos. Debido a la concentración de especies que presentan se podría aplicar perfectamente una figura de protección por su interés ecológico.
De hecho, podría ser una medida compensatoria por el daño causado a los cauces y a su naturaleza debido a la gran cantidad de construcciones y otros impactos derivados. De la misma manera se podrían ordenar usos ciudadanos recreativos en las fuentes existentes para disfrute general y fomentar la reconciliación con el territorio.
En una próxima entrega haremos hincapié en el análisis de las alternativas y soluciones que el plan prevé para minimizar los episodios de sequía y analizaremos una interesante lista de sequías históricas que se recogen con gran acierto en el mencionado plan.
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