Placeres antiguos sin fecha de caducidad

El ‘Mercado marinero’ comenzó en las Murallas Reales  y, pese al cielo gris, los ceutíes disfrutaron de pasacalles, conciertos y gastronomía, entre otros atractivos Hasta el cielo gris quiso poner su granito de arena para, de tal modo, terminar de completar una estampa que bien pudiera pasar por el mundo del siglo XVII, ese universo compuesto por corsarios, tibias y calaveras, banderas negras, justas en alta mar y olas embravecidas encrespando la silueta de esa 'ínsula de Ceuta' ultramarina, dulce y delicada que, ayer, en el mundo real, festejó el comienzo de su ya tradicional 'Mercado marinero 1676'.
Así, desde primera hora de la tarde, las emblemáticas Murallas Reales acogieron la inauguración de esta cita que aúna en unos cuantos metros el sabor de una rica gastronomía, el peso y el encanto de la historia, la diversión de la música y los pasacalles, la academia de la orfebrería, el sabor de las gominolas naturales, el olor de los jabones artesanales o el guiño del ropaje corsario, hippie y moderno.
Todo ello y más se concentra en el medio centenar de tenderetes de madera y lona instalados para la ocasión en las Murallas Reales. "Es el quinto año consecutivo", decía con dulce deje gallego Ana, tendera de un escaparate que, a leguas, invitaba a ser conocido pues empanadas, dulces o panes artesanales copaban el mismo: "Los precios son los mismos, o incluso más económicos, que en años anteriores", contaba Ana antes de relatar la lista: tartas 22 euros el kilo; un cuarto de empanada (todos los sabores) 6 euros y una entera 18; una pieza entera de pan, 7 euros; donuts y palmeras de chocolate, 3 euros. También es un clásico del 'Mercado marinero' Rubén Gómez, que espera a los ceutíes detrás de un muro de quesos: "El primer premio en España de queso de cabra extremeño cuesta 20 euros; un pecorino de oveja italiano, 24 euros el kilo; un parmesano también de Italia, de dos años y medio de curación, 26 euros la pieza; o un queso gruyere suizo vale el kilo 32 kilos", cuenta mientras, de repente y atraídos por una nube de exquisito olor, un grupo de personas se apresura a interesarse por uno u otro queso.
Justo en la caseta de enfrente, Miguel García saluda con alegría, "con la alegría de volver a esta tierra que siempre nos acoge bien", remarca. Expuestos con delicadeza, sobre el mantel se acuestan barquillos bañados en chocolate (2 euros); cacahuetes (2 euros); nueces de macadamias (3 euros) ; o pasas (2 euros) que, servidos en cartuchetes, harán las delicias a los ceutíes que los deguste.
Para acompañar tales placeres, qué mejor que un buen té oriental, una infusión de miel de flores o un regaliz de palo, los que vende Bartolo en su stand por un precio variable según el producto pero que oscila de 5 a 25 euros. "Y como postre", dice, "un caramelo y una gominola natural" por un precio de 2,70 euros los cien gramos.
Tampoco podía faltar en el 'Mercado' un lugar donde comprar bisutería y cosmética natural de origen ecológico. Así, Siddharta vende collares con piedras preciosas traídas del Tibet, Nepal o La India (precios variables) mientras que Sándalo perfuma con geles, jabones, cremas y mantecas de Karité todo un recinto marinero que, al instante, acoge a familias enteras movidas al son de la música callejera y de unos placeres eternos.

Autoridades presentes "Muy bonitas las aves; es una alegría que las hayáis traído"
El paseo vespertino que la comitiva del Gobierno de la Ciudad, con el presidente Vivas y la consejera Deu, realizó y que sirvió para dar por inaugurado el 'Mercado marinero' dejó una imagen para el recuerdo: la del propio presidente, mano izquierda encogida y al aire, dando aposento a un búho de bengala valorado en mil euros. "Es precioso", señalaba Vivas mientras con la otra mano iba acariciando el pecho del animal y haciendo perder sus dedos en el frondoso plumaje, "me alegro mucho de que las hayáis traído a Ceuta". Además del águila real mencionado, los ceutíes que se acerquen hasta el Mercado podrán admirar otras especies valoradas tales como un ratonero moro, una lechuza, un mochuelo o un halcón peregrino, ejemplares a la venta "siempre y cuando se posea licencia para estar en posesión de los animales", dijo el responsable, Aítor.