Recuerdo que a la gente joven de los años treinta, del siglo pasado, se les ofrecía pasear por las calles del centro de la ciudad para conocer el ambiente que había.
No tenían otro medio y ahora la cosa ha cambiado radicalmente porque los medios de difusión dan a conocer toda la variedad de cuestiones y de detalles que existen en la sociedad. Si se pisa la calle, hoy día, es con otros motivos y, especialmente, para dar a conocer lo que determinados grupos piensan o quieren. No es necesario pisar la calle para estar enterado del ambiente en que se vive. Ese ambiente forma parte de lo que se puede conocer cada día nada más encender la radio o el televisor o usar cualquiera de los otro medios con los que se cuenta hoy día para las comunicaciones de todo tipo.
Por todo ello me ha extrañado que el Secretario General del Partido Socialista se queje de que el presidente del Gobierno no pisa la calle, o sea que, según su criterio, no está enterado de la realidad de la vida de la Nación y, por consiguiente, sus decisiones para el gobierno de la Nación no tienen una base cierta. Bueno, en definitiva es una noticia más la que ofrece al país pero creo que está equivocado, porque hoy día para gobernar es necesario contar con el esfuerzo de todos, aportando cada cual unos puntos de vista pero no llevando siempre la idea opuesta a la que pueda estar manejando el Presidente del Gobierno. Evidentemente pueden existir ideas que mejoren o completen lo que se piensa en el Gobierno, pero resulta absurdo pensar y decir que todo lo hacen mal.
Pisar la calle lo hace todo el mundo, aunque sean calles diferentes pero que su suma nos puede dar una determinada noticia de lo que es la vida de los españoles. Lo que en verdad se necesita es transformar todo ese conocimiento en medidas que den solución a los problemas; a los que de momento la tengan pues no siempre es posible atender a la solución de todo lo que nos aqueje, por mucho que nos duela. No es cuestión de querer sino de poder y sabemos que es mucho lo que ya se ha trabajado a lo largo de bastantes años para ir situando a España en el lugar destacado de Europa, tanto por su Economía como por su capacidad de afrontar los problemas europeos que son los nuestros. Es cierto que todavía queda camino por recorrer, pero ya miramos y pisamos las calles de Europa.
De otra parte, el mundo está suficientemente agitado como para provocar preocupaciones graves y éstas han de ser consideradas en la medida adecuada que, por pequeña que sea, siempre obligará a la toma de medidas de cierto peso que alteran una previsión más conservadora que se pudiera haber hecho con anterioridad. Es necesario que toda cuanta persona tenga una determinada responsabilidad, aunque no esté en el Gobierno de la Nación, asuma esa situación anormal que desborda ese tópico de tener que pisar las calles al que se refería el señor Secretario General del Parido Socialista. Hoy esas calles a las que se ha querido referir son los cielos y mares del mundo en que vivimos y todo el territorio europeo y circundante, con determinado peso geoestratégico para Europa y, lógicamente, España.
Un buen gobernante, o aspirante a serlo, tiene ante sí un campo de acción muy amplio; tanto que a veces sobrepasa las posibilidades reales de la Nación. Es lamentable que gente de cierta valía personal no acaben de darse cuenta de ello y pretendan que todo se traduzca en la posible solución de problemas casi personales y, en algún que otro caso, problemas que se crean en la mente acalorada de personas que no acaban de entender y respetar la enorme responsabilidad de España como Nación fuerte y consciente de las obligaciones a las que se debe. Dejemos lo de pisar las calles para estar enterados de la realidad del país. Se conoce perfectamente y se quieren resolver los problemas que, desgraciadamente existen, y para eso es necesario el concurso responsable de todos.