El tribunal de la Sección VI de la Audiencia Provincial de Cádiz con sede en Ceuta dejó visto para sentencia un juicio en el que se acusa a J.M.P.P. por un delito de abuso sexual continuado a menor de 14 años.
Tras escuchar a los diferentes testigos, tanto el Ministerio Fiscal como la Acusación Particular cambiaron su conclusión segunda dejando el delito en abuso sexual continuado a menor de 14 años por el que solicitan las penas de 10 años de prisión.
Además, solicitan una indemnización de 30.000 euros, así como una orden de alejamiento del acusado sobre la menor.
La Defensa, por su parte, solicitó la libre absolución de su representado ya que a su juicio no quedaron acreditados los hechos y todo vendría derivado “de querer sacar un beneficio económico”.
La denuncia por los que se celebró esta vista oral que duró algo más de 4 horas alude a unos hechos que se habrían producido la madrugada del 16 de agosto de 2022.
La denunciante, que en el momento de los hechos tenía 13 años, narró que se encontraba en casa de su prima, como otras muchas veces, jugando a la videoconsola. “Mi tata -haciendo referencia a su prima- se acostó con sus dos bebés y nos quedamos en el salón su novio -el acusado- y yo”.
Mientras estaban los dos solos en el salón, la menor explicó que el acusado le obligó a fumar porros y que tras sufrir dolor en la garganta le trajo un vaso de Coca Cola.
Tras terminar de jugar a la consola, decidieron poner una película y fue uno de los momentos donde ocurrieron los supuestos hechos.
Tras sentirse mal, la menor se fue a uno de los cuartos y se echó en la cama.
Durante 3 días mantuvo silencio hasta que decidió de dar el paso y contárselo a su madre. “Hablé con ella y me creyó desde el primer momento. Mi madre decidió contárselo a la familia y todos me creyeron, hasta la mujer del acusado”.
Desde ese día, la denunciante narró que se encuentra en tratamiento farmacológico y psicológico. “Es una pesadilla que no puedo olvidar”.
La Defensa mostró unos vídeos de TikTok e Instagram, los cuales la menor lo subió horas después de los hechos. “Sí, los subí, pero no estaban grabados de ese momento”.
Una de las personas que declaró en la vista oral fue la madre de la menor. Ella relató que vio a su hija “rara” pero que conociéndola la dejó a su aire para que le contara qué le ocurría.
“Me contó todo tal y como había ocurrido. Fue cuando decidí contarle lo que había ocurrido a mi hermana -suegra del acusado- y también a mi sobrina -mujer del acusado-”.
La madre de la menor insistió en que todos le creyeron en un primer momento pero que le pidieron que no denunciara que “iba a liar la más grande y que íbamos hacer la comidilla de Ceuta”.
“No fuimos a denunciar hasta semanas después porque mi hermana me estaba coaccionando para que no lo hiciera. La he querido siempre como si fuera mi madre y yo no quería hacerle daño”.
Además, relató que su hija se encuentra “fatal” que era “la alegría de la casa” y que se la han cambiado “para siempre”. “Ha destrozado a toda la familia, desconfía de todo. Mi hija ha cambiado para todo, no coge el autobús sola, se ha quitado de la academia de baile, no puede estar sola…”.
La pareja del acusado en los momentos en que ocurrieron los hechos señaló que a su entender “nunca ocurrió nada”. “Denuncia que esos hechos ocurrieron en el salón, cuando esa casa era súper pequeña, me tenía que haber enterado de algo”.
Asimismo, dejó entrever que el día que es denunciado el acusado hubo una discusión familiar con agresiones incluidas por esos hechos.
Por último, negó que creyeran a la menor desde el principio, que siempre dijeron que no.
Una versión muy similar fue la que ofreció la suegra del acusado. Ella también negó que creyeran que esos hechos habían ocurrido, además, añadió, que la denuncia llega por un beneficio económico. “Mi yerno acaba de cobrar 35.000 euros de un despido improcedente y tanto la menor como su madre me dijeron que si les pagaba 30.000 euros no le denunciaban”.
Por último, quiso relatar que si hubiera tenido la menor sospecha “lo hubiera denunciado yo también, cómo voy a querer a una persona así al lado de mi hija y mis nietos”.
El último en declarar fue el acusado. Éste negó que hubiera ocurrido una circunstancia de estas características. “Nos quedamos jugando a la play y luego pusimos una película. Después ella decidió irse a la cama y ahí se acabó todo. No ocurrió nada más”.
El acusado reconoció ser consumidor “de vez en cuando” de hachís pero que en ningún momento ni le dio ni obligó a la menor a fumar.
“Tampoco le di ningún vaso de Coca Cola, ella tenía la confianza necesaria para ir sola a la cocina y coger lo que quisiera de la nevera”, explicó en su declaración.
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