El Ministerio Público y la Acusación Particular han presentado ya sus escritos solicitando penas de hasta 9 años de prisión para los acusados de
agredir a policías locales que estaban de paisano junto a sus parejas en el Poblado Marinero. Ambos consideran que los hechos en los que los nueve acusados incurrieron constituyen un delito de atentado -por el que piden 3 años de cárcel-, tres delitos de lesiones -por los que piden dos años por cada delito, es decir un total de 6- y dos delitos leves de lesiones -por lo que pide la imposición de dos multas de 50 días con una cuota de 10 euros diarios-. A todo ello, tanto Fiscalía como Acusación Particular añaden el pago de indemnizaciones a los tres policías locales agredidos (1.485, 6.682 y 4.227 euros), a un policía nacional (3.019 euros) y a una mujer (3.762 euros) por las lesiones que sufrieron, según la información judicial a la que ha tenido acceso El Faro de Ceuta.
En el caso de uno de los nueve acusados, se reclama la aplicación de la agravante de reincidencia ya que fue condenado en 2018 por un delito de atentado; además en el caso de todos ellos se considera que concurre la agravante de abuso de superioridad.
Tanto para la Fiscalía como para la Acusación Particular, queda probado que en la madrugada del 15 de febrero de este año, los tres agentes de la Policía Local agredidos se encontraban fuera de servicio en el
Poblado Marinero junto a sus parejas. En el camino por este centro de ocio por excelencia de Ceuta, se toparon con un grupo de personas entre los que se encontraba uno de los acusados, el llamado M.B.H. Según el relato de hechos que sostiene la calificación provisional elaborada por la Fiscalía, al reconocer a los agentes les dijo frases del tipo: “polis de mierda, cabrones”, tratando de dar un cabezazo a uno de ellos al que conocía por intervenciones policiales anteriores.
Las víctimas eran policías locales de la UIR, 092 y Gestión de Personal
Después llegarían los demás acusados: R.A.A., S.B.A., M.M.A., N.M.M., R.E.M., H.B.A., S.A.M. y Y.A.M., quienes “de común acuerdo y con ánimo de atentar contra el principio de autoridad de los agentes, con motivo de que todos conocían sus funciones de Policía Local, aprovechando su superioridad numérica, comenzaron a agredirles con patadas, golpeándoles fuertemente, lo que les hizo caer al suelo en donde continuaron con la agresión”, recogen las acusaciones.
Las parejas de los agentes, presentes en este suceso, tratarían de impedir la agresión siendo una de ellas golpeada. De igual manera sufrió agresión un policía nacional que acudió a intentar ayudar a los agentes lesionados, siendo también golpeado por el grupo.
Este suceso cobró una gran relevancia mediática, ya no solo porque las víctimas fueran policías sino por la manera en que se sucedieron los hechos, actuando un grupo contra agentes aprovechando que estaban de paisano así como su menor número. Las lesiones de los policías consistieron, básicamente, en hematomas de todo tipo, fractura de peroné en uno de los casos, contusiones, esguinces... entre otros. Lesiones todas ellas certificadas por el profesional médico forense que les examinó y que incluyen también los daños psicológicos posteriores causados tras la tangana.
Para la Fiscalía y Acusación Particular, todos los acusados responden de los delitos en concepto de autores y tendrán que someterse a juicio oral ante el Juzgado de lo Penal. Ya en julio de este año, fue juzgado y condenado
uno de los detenidos porque era menor de edad. No solo reconoció los hechos sino que además aceptó la pena de un año de internamiento en el reformatorio de Punta Blanca. Los agentes víctimas de esta paliza prestaban servicio en la UIR, 092 y Gestión de Personal.
Ahora, tras dictarse auto de transformación en Procedimiento Abreviado, las distintas Defensas personadas en esta causa han presentado recurso. Entre la práctica de diligencias que se acordó en su día y que se ha incorporado en el procedimiento destaca la visualización de las cámaras de seguridad de un pub del Poblado que recogió buena parte de lo acontecido aquella madrugada