La magistrada del juzgado de lo Penal número uno dejó ayer visto para sentencia el juicio celebrado contra dos jóvenes a los que se acusa de entrar en una vivienda, forcejear con la dueña de la misma, robar algunos objetos y de un delito de receptación. El Fiscal pide cuatro años y seis meses de prisión más una multa de 120 euros para el primero de ellos, mientras que para el segundo sólo solicita cuatro años de prisión. El motivo de esta diferencia es que el primero tiene antecedentes penales, lo que agrava la calificación de los hechos, y además se le imputa una falta de lesiones, ya que fue reconocido como el que forcejeó con la dueña de la vivienda en cuestión.
Los hechos por los que los jóvenes fueron juzgados tuvieron lugar el día 23 de marzo del año 2009 en una vivienda de la calle Pozo Rayo. Según dijeron durante el juicio, la dueña de la vivienda llegó a su casa por la mañana (8.45 horas) después de trabajar toda la noche y en el interior de su vivienda dijo haberse encontrado a los dos acusados. Éstos se habrían asustado e intentaron huir. Uno lo hizo por la puerta, aprovechando que la propietaria de la vivienda acorralaba al otro joven. Entonces se produjo un forcejeo entre la mujer y el chico que terminó con la mujer lesionada de poca consideración y el ladrón huyendo por una de las ventanas, presuntamente por la misma que había entrado. Éste último acusado reconoció haber entrado por la ventana en la vivienda. Dijo que lo hizo sólo para coger comida (se comió unos productos lácteos) y negó haber forcejeado con la mujer e incluso haber actuado acompañado. Todo ello a pesar de que la señora reconoció a ambos durante el juicio sin ningún género de dudas. La mujer explicó además que encontró varios cajones por el suelo, ropa de sus hijos e incluso que ambos llevaban bolsas con aparatos electrónicos que soltaron para poder escapar. A pesar de ello lograron llevarse ajuar, dinero en metálico y otros objetos.
Por su parte, el segundo de los acusados negó completamente su participación en estos hechos. Para justificarse alegó que en aquella época estaba viviendo en Marruecos e incluso que ese día se encontraba en el país vecino y que entró a Ceuta por la tarde. Ambos jóvenes se conocían de haber estado internados en el centro de menores de San Antonio, como ambos reconocieron.
Una huella dactilar del segundo acusado apareció en un cd sustraído en otra vivienda que apareció en la caseta en la que dormía el primero de los chicos. Éste ya había cumplido prisión por aquel robo. El segundo acusado reconoció que intercambiaba y trataba con objetos de sus amigos a sabiendas que eran robados, de aquí el delito de receptación.
La defensa del primero de los hombres dijo que el delito de receptación y la falta de lesiones no se había probado. Por su parte, la representación del segundo acusado usó el mismo argumento para todas las acusaciones.