El denunciado negó haber golpeado a la presunta víctima y dijo que sólo hablo con él.
El tribunal de la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta dejó ayer visto para sentencia el juicio celebrado contra un joven acusado de cometer un delito de lesiones. Tanto el Ministerio Fiscal como la acusación particular solicitaron cuatro años de prisión para el denunciado y una responsabilidad civil de 720 euros, aunque de forma subsidiaria ambos pidieron la imposición de un año de cárcel. Por su parte, la defensa solicitó la libre absolución de su cliente.
Los hechos denunciados tuvieron lugar el día 19 de mayo del año 2008, sobre las 15.15 horas, en las escaleras que separan la barriada Otero del colegio San Daniel. Objetivamente todos los implicados reconocieron que se produjo una discusión entre el denunciante y el denunciado y que la presunta víctima terminó con la boca ensangrentada y un diente roto. Sobre todo lo demás las versiones de ambas partes difirieron bastante. El denunciante aseguró que él estaba sentado cuando el acusado se le acercó y le propinó dos puñetazos que le dejaron aturdido. Dijo que él se abalanzó sobre el otro para evitar recibir más puñetazos, pero en sucesivas embestidas dijo ser golpeado en la boca e incluso que el acusado hizo chocar su cabeza con la pared. Todo esto fue negado por el ayer acusado, quien aseguró que simplemente se había acercado a hablar con la víctima para que dejara en paz a su hermana y que el denunciante le propinó dos puñetazos e incluso llegó a morderle en la mano causándole una herida. El joven afirmó que en ningún momento respondió a los golpes porque sabía que el denunciante era menor de edad y no quería meterse en problemas. Igualmente, explicó que pensaba que la rotura del diente se había producido de forma involuntaria, en el acto reflejo de quitar la mano mientras le mordían.
En el juicio participaron además tres chicas, dos de ellas menores de edad, que reforzaron la versión del acusado y el médico forense que emitió el informe que constaba en la causa. En la vista dijo que la rotura del diente se tuvo que producir por una contusión fuerte y que la herida de la mano del denunciante era compatible con una mordedura.
Tanto el Fiscal como la acusación se basaron en la declaración de la víctima y en los partes médicos para mantener su acusación, insistiendo en que veían poco creíble la versión del acusado. La defensa, por su parte, aseguró que el testimonio del denunciante no le resultaba verosímil porque encontraban demasiadas dudas e imprecisiones. El letrado se aferró a la declaración de las chicas que reforzaban la versión del acusado, acudiendo incluso al ‘in dubio pro reo’.
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