La Fiscalía ha pedido este miércoles 24 años de prisión para dos presuntos yihadistas "peligrosos" de Ceuta que incitaban a realizar atentados, en el final del juicio repetido después de que el Tribunal Supremo anulara sus condenas a 17 años de cárcel.
En la segunda y última sesión del juicio, celebrado en la Audiencia Nacional, el fiscal ha solicitado 17 años de cárcel para Abdelilah Chellaf Baali, alias Stilike, nacido en Marruecos, e Icham Abdeselam Mohamed, nacido en Ceuta, por integración en organización terrorista y depósito de armas de guerra con fines terroristas, a lo que ha añadido una solicitud de 7 años por autoadoctrinamiento terrorista.
En la sentencia anulada, la Audiencia Nacional condenó a ambos a sendas penas de 17 años de cárcel al considerar que desde 2011 y hasta su detención en 2017 formaban parte de un grupo que se reunía "en la más estricta confidencialidad" cada jueves en el garaje de Abdelilah, en la zona de Arcos Quebrados, en el barrio ceutí de El Príncipe, "para tratar temas de la yihad islámica", "ensalzar atentados suicidas del Dáesh" e "incitar a cometer actos similares".
Para condenarlos, el tribunal dio credibilidad al testimonio del testigo protegido, que conocía a los condenados porque durante un tiempo se dedicaron al tráfico de drogas y que manifestó que en las reuniones se habló de hacer "algo en Ceuta" por los "hermanos", además de revelar que poseían armas de guerra -un fusil de asalto con munición y dos machetes-.
El Supremo revocó la condena con el argumento de la Sala que juzgó a los dos acusados estableció, sin la motivación exigible, la protección máxima al testigo de cargo, que declaró en la vista mediante videoconferencia, sin ser visualizado y con la voz distorsionada.
Para la Fiscalía, estas dos personas suponen "un peligro real", cuya detención en 2017 por parte de la Guardia Civil "ha evitado un atentado" y ha señalado que el testimonio del testigo protegido "no es la única prueba" y que, aún así, "una persona capaz de arriesgar la vida merece credibilidad".
Por su parte las defensas se han mostrado "sorprendidas" frente al delito agregado por el representante del Ministerio Público, y han afirmado que sigue sin haber "más prueba que el testigo protegido".
Durante la vista, el testigo, que ha declarado sin ser visto y con la voz distorsionada, ha explicado que no tiene enemistad con los acusados, y que presenció las reuniones en que "veían vídeos de lo que hacían sus hermanos" y vio las armas que después fueron encontradas.
Además, ha relatado que sabía dónde estaban escondidas las armas porque una madrugada mientras se encontraba dentro de su coche aparcado en un mirador vio a dos personas, una de las cuales "parecía ser" Icham enterrando "un bulto con forma de escopeta".
Ha agregado que pasaron siete meses desde que vio que enterraban las armas hasta que puso la denuncia porque "no era una decisión fácil" y "le dio muchas vueltas".
Al hacer uso de su última palabra Abdelilah e Icham han sostenido su inocencia. El primero ha manifestado que confía en la justicia y que "cada vez que el testigo protegido viene cuenta un cuento nuevo".
Mientras tanto, Icham ha señalado que está "en contra del terrorismo" y ha pedido se le practique una prueba de polígrafo.
Los 24 años deberían dárselo al testigo por mentiroso