Las fuerzas de seguridad marroquíes han interceptado a primera hora de este martes un barco pesquero que navegaba con decenas de inmigrantes sin la documentación en regla, como han informado fuentes de la región costera El-Habha al medio de comunicación ikhbari.com.
Las mismas fuentes apunta a que el propietario de la embarcación responde a las iniciales H.A., apodado el Saudí, con un elevado número de personas a bordo que viajaban de manera clandestina.
El modus operandi que este medio de comunicación atribuye al último golpe asestado a las redes del negocio de la inmigración consiste en embarcar a inmigrantes en situación irregular y entregarlos a una lancha rápida en aguas internacionales a cambio de 50.000 dirhams por persona (unos 5.000 euros).
El pesquero intervenido es de bajura y, como informa ikhbari.com, se relaciona con el conocido como el Saudí, de quien informan, ha vuelto de nuevo para empezar a organizar operaciones clandestinas de inmigración en el barco pesquero, por vía marítima.
La guerra Rusia-Ucrania afecta a la actividad delictiva
La guerra entre Rusia y Ucrania ha alterado las comunicaciones y transportes en el Mediterráneo y, asimismo, la actividad delictiva basado en el tráfico de hachís y de personas, argumenta ikhbari.com a propósito del flujo internacional de sustancias estupefacientes.
Por una parte, mediante carretera, ya que el tránsito internacional en Rusia y Holanda se han visto afectados. Sin embargo, con el restablecimiento de cierta la normalidad dentro del conflicto armado latente en Europa, parece que las mafias están reactivando.
La guerra que mantiene en vilo al mundo también tiene incidencia en los tráficos migratorios irregulares y de las sustancias estupefacientes, como es el caso del hachís. El bloqueo que afecta a determinados países también ha limitado la entrada de drogas en sus territorios. La tímida apertura actual ha envalentonado a las organizaciones criminales que tratan de recuperar el tiempo perdido.