“No sé cuándo será, pero a Perú tenemos que volver”. Juanma Fernández Ahumada y María Ballesteros, ambos de Ceuta pero residentes en Jerez, acaban de aterrizar en el aeropuerto de Madrid. Llegan desde la que, sin duda, es la ciudad más turística y en estos momentos una de las más convulsionadas del país sudamericano, Cuzco. Y es que la crisis política que se vive en estos días les ha impedido visitar la ciudad inca de Machu Pichu. Sí, deben volver y sacarse esa ‘espinita’.
Fue el 7 de diciembre, hace justo diez días, cuando el ahora expresidente Pedro Castillo daba un anuncio al país tan sorpresivo como alarmante. Un autogolpe de estado que, aunque pareció haberse controlado pocas horas después con la detención del propio Castillo, hoy encarcelado, y el nombramiento de Dina Boluarte como presidenta, después ha sumido a varias zonas del país en un absoluto caos. Las manifestaciones continúan en varias ciudades, especialmente en Lima y en el sur y, hasta el momento, ya hay 21 muertos, varios menores de edad.
Y en medio de todo este panorama se vieron, de la noche a la mañana, dos ceutíes: Juanma y María. Esta pareja, ahora ya marido y mujer tras contraer matrimonio el 3 de diciembre en la iglesia de San Dionisio de Jerez, ha vivido una luna de miel que jamás podrán olvidar.
“Viajamos el lunes 5 de diciembre y los primeros días todo parecía ir normal. El anuncio del presidente nos pilló en Arequipa y ese día 7 sí que en la plaza de Armas había un grupito de manifestantes, pero nada del otro mundo”, empieza Juanma su relato. De ahí continuaron su ruta hacia el Cañón del Colca, una zona que, aunque acoge muchos turistas, es rural por lo que, en esos días, ahí todavía reinaba la normalidad. Pero lo ‘peor’ de esta experiencia vital estaba por llegar.
“El día 10, cuando fuimos a Puno para visitar el Lago Titicaca, ahí si empezaron a llegar malas noticias y ya el lunes 12, al llegar a Cuzco, nos encontramos con una gran manifestación en pleno centro”, continúan narrando. Ese primer día en la conocida como ‘ciudad imperial’, capital del imperio inca, lograron realizar el tour urbano que tenían programado sin demasiados problemas, pero el martes 13 todo cambió.
Es entonces cuando, tanto desde la Embajada de España en Perú como desde el propio hotel reciben indicaciones. Les piden que, por favor, no salgan del hotel. El establecimiento, ubicado en la Avenida del Sol, que viene a ser la arteria principal de Cuzco, llegó incluso a ‘tapiar’ con madera las puertas y ventanas para evitar que los manifestantes apedrearan sus cristaleras.
“Esos días teníamos programada la visita al Valle Sagrado y a MachuPichu, incluso teníamos pensado subir el famoso WaynaPichu, pero nos tuvimos que quedar encerrados en el hotel”, cuentan tratando, aún así, de extraer lecciones y la parte positiva de todo lo ocurrido. Aunque todavía están “pasando el duelo”, los tres días encerrados en el hotel cusqueño les han servido para reflexionar para no quedarse solo con lo malo de todo lo ocurrido.
“El país nos ha encantado, considero que los peruanos son gente espectacular, en Perú he notado algo muy especial que no he sentido en otros países por los que he pasado”, afirma Juanma asegurando que en todo momento se han sentido muy arropados. El ceutí, quien es responsable de voluntariado en la ofician provincial de Cruz Roja en Cádiz, resalta ante todo la “enorme sensibilidad y el cariño” que ha sentido hacia ellos.
Cabe mencionar que el aeropuerto internacional Alejandro Velasco Astete de Cusco ha estado cerrado y con todos sus vuelos suspendidos durante tres días. “Un día los manifestantes llegaron a tomar el aeropuerto, como también ha pasado en otras ciudades de Perú”, explican. Este hecho agravaba la incertidumbre… ¿podrían coger el vuelo de este viernes 16 con destino a Lima? Bueno, finalmente, y dentro de todo lo ocurrido, han tenido ‘suerte’ porque “nuestro vuelo ha sido uno de los primeros en salir”.
Eso sí, para lograr cogerlo han tenido incluso que ser custodiados por la Policía porque a las puertas del aeropuerto había unos 300 manifestantes que impedían el paso. “Nos hemos quedado alucinando con la capacidad de movilización que tiene la sociedad peruana, algo como lo que hemos visto creo que en Europa sería impensable, han paralizado todo el país”, comenta la pareja.
De vuelta a casa y a pesar de la incertidumbre experimentada estos días todo queda en anécdota. Una anécdota que, sin duda, quedará para siempre en el libro vital de este matrimonio ceutí tras una luna de miel tan inesperada como enriquecedora ya que visitar un país en uno de los momentos más difíciles de su historia es algo que muy pocos pueden contar.
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