Durante toda la pandemia los trabajadores de ayuda a domicilio de la empresa Clece Ceuta han sido esenciales en la vida de muchos mayores dependientes ceutíes o personas con movilidad reducida. En total, son unos 120 trabajadores con los que cuenta la empresa actualmente y que exigen más estabilidad a la hora de elaborar los cuadrantes semanales y que “por lo menos se mantengan dos semanas” para prestar un mejor servicio a todas esas personas dependientes que necesitan sus manos durante todo el año, pero ahora más que nunca.
De esta manera lo ha explicado la presidenta del Comité de empresa, Estefanía Ruiz, quien ha explicado que cuentan con contratos “pésimos”, en los que están “haciendo horas de más” y que “ni siquiera se respetan los descansos” pues por cada seis horas trabajadas les corresponden unos 15 minutos de descanso y “eso no se nos reconoce”.
“Además, tenemos que estar las 24 horas del día con el móvil, incluso fuera de nuestra jornada laboral porque nos mandan WhatsApp todo el día, por lo que también pedimos que no nos acosen continuamente. Por otra parte, a lo largo de una semana pasamos por diferentes domicilios y sufrimos constantemente cambios en los cuadrantes, lo que también es una preocupación y un peligro en el caso de que se diera un positivo y genera miedo entre los pacientes y sus familiares. Por eso, solo pedimos que se reconozcan nuestros derechos”, ha aseverado Estefanía Ruiz.
En este sentido, el personal de ayuda a domicilio reclama acabar con la “inestabilidad laboral” que sufren por los “constantes cambios de domicilio en menos de 24 horas” ya que esto genera “desconfianza entre los usuarios”. “Ven que a nosotras nos están cambiando continuamente y tratamos con personas enfermas con las que llevamos a lo mejor tres años y eso no lo tienen en cuenta y les genera nerviosismo y alteración que dificulta nuestro trabajo porque ellos quieren a la trabajadora que les atiende siempre y no a una extraña. Esto nos genera también, además del esfuerzo físico, un desgaste moral porque tenemos que acercarnos al usuario y darle tranquilidad en una situación de intranquilidad para ellos y para nosotras”, han continuado.
Por otra parte, la presidenta del Comité de empresa ha señalado que hasta hace unas semanas el personal era aún mayor con “cerca de 140 trabajadores porque según ellos no hay usuarios por el COVID”, pero “despidieron a una parte”, por lo que ahora son 120 trabajadores con una media de 7 usuarios, “dedicando una hora y un poco más a cada uno”. “A eso hay que restarle unos 30 que estaban confinados la semana pasada y claro estos cambios y las bajas de trabajadores hacen que los usuarios también se den de baja”, ha destacado.
Tampoco se incluyen en el cuadrante, según demandan, los tiempos de desplazamiento. “Algunos por su situación y movilidad requieren más tiempo de una hora, desde la empresa no entienden que trabajamos con personas y claro los usuarios y sus familiares no entienden tampoco que lleguemos tarde. Eso nos genera ansiedad todos los días y ya el 9 de noviembre mandamos un escrito a la empresa, pero no nos dan explicaciones”.
Por todo ello, una treintena de trabajadoras se han acercado este lunes hasta la sede de la empresa en la calle Antíoco para entregar en mano un segundo escrito a la empresa en el que se recogen todas sus demandas, pero sobre todo su mayor preocupación: los usuarios. “Necesitan una calidad en el trabajo mucho más de la que tienen ahora mismo porque nuestro servicio influye en el bienestar de esas personas”, han concluido.