“Un pueblo que no ayuda y no fomenta su teatro, si no está muerto, está moribundo”, es una frase de García Lorca que a Consuelo Trujillo le recuerda a la situación que estamos viviendo ahora durante la crisis del coronavirus. Esta actriz gaditana visita Ceuta con ‘Divinas palabras’ de Valle Inclán, dirigida por José Carlos Plaza, esta noche en el Auditorio del Revellín a las 21.00 horas.
En la charla mantenida con El Faro de Ceuta, Trujillo habló de techos de cristal, de respeto y resistencia, de teatro y de cultura. Aunque ha visitado Ceuta en algunas ocasiones, es la primera vez que lo hace como actriz.
-¿Cómo llegó a formar parte del elenco de ‘Divinas palabras’?
–Creo que es mi tercer montaje con José Carlos Plaza, con el director y me llamó para hacer este personaje. Anteriormente, había trabajado con él en el festival de teatro de Mérida en la obra que protagonizaba Ana Belén (‘Medea’), en la que estaba yo y había otros actores también que están en este reparto como Alberto Berzal y Olga Rodríguez. Pero lo primero que hice con él fue ‘Bodas de Sangre’ de Federico García Lorca para el Centro Dramático Nacional del Centro Andaluz de Teatro y tengo un vínculo artístico, una sintonía artística con plaza y me llamó para hacer esta ‘Marica del reino’, que es mi personaje en ‘Divinas Palabras’. Y aquí estamos.
-¿Qué fue lo que más le atrajo de este proyecto teatral?
–Para mí, trabajar con Plaza es una ocasión de aprendizaje, de crecimiento artístico, de profundización en el teatro. Y luego, con un grandísimo texto como es ‘Divinas Palabras’ de Valle Inclán, que creo que cualquier actriz quisiera tener la experiencia de decir las palabras de Valle, que es uno de nuestros grandes autores y es un prodigio con el lenguaje, con la profundidad y la complejidad de sus personajes. Eso me atrajo mucho.
-¿Qué papel interpreta y cómo ha sido crearlo?
–A ‘Marica del Reino’. Ha sido todo un proceso, porque es un personaje muy complejo, que de alguna manera da luz, revela una parte de la sombra, de la oscuridad del alma humana, de las miserias humanas. Casi todos los personajes de esta obra encarnan los pecados capitales, encarnan lo que son los vicios, la locura, la perversidad, que además se refleja en la corrupción y en la oscuridad de la sociedad en la que vivimos. Esta obra se escribió en 1919 y Valle hace toda una crítica a lo que es la España de esa época que no tiene mucho de diferente a la España de ahora. Habla de cómo del pecado de la ignorancia es lo que hace que otros pecados del alma humana salgan a la luz.
-Entonces, ‘Marica del Reino’ ¿qué pecado representaría?
–Ella vive en un lugar lleno de miseria y se cree perfecta. Se cree dueña de la verdad y su pecado es el de la ira. Está llena de ira, de cólera, de intransigencia, en el fondo está llena de envidia. En este comportamiento completamente soberbio, de fondo hay un contacto con la miseria humana, con su propia miseria, con su propia carencia.
-¿Qué enseñanza se lleva de este personaje?
–A mí lo que me da ‘Marica del Reino’ es, por una parte, me doy el placer de expresar toda esta miseria, toda esta parte corrupta y miserable e ignorante que tenemos todos los seres humanos. Darle luz a eso y ponerlo como de alguna manera, revelarlo para que todos lo veamos, que eso es parte de nosotros, de nuestra sociedad. Por otra, tener una mirada compasiva y comprensiva hacia este ser humano.
-¿Cómo ha sido la vuelta a los escenarios?
–Esto está siendo muy fuerte. Es una gran enseñanza. Nosotros pusimos después del confinamiento esta obra en el Festival del Molina de Segura en septiembre y fue una experiencia muy fuerte. Nos dimos cuenta de la necesidad que la gente tiene de arte, de cultura. Yo espero que ahora en Ceuta se dé esto, porque llegamos con muchísima ilusión, vamos a atravesar el Estrecho para llegar a esta ciudad maravillosa y valiente, que está ahí resistiendo esta oleada que nos está trayendo la pandemia. Resistiendo porque yo creo que toda persona que hoy día va al teatro es alguien heroico .
-Los tópicos se van rompiendo poco a poco. ¿Y los ‘techos’?
–Soy de una generación en la que, cuando empecé a actuar, había todavía muchos tópicos, como todavía los hay. Yo creo que lo primero que hay es un gran techo, que es el de ser mujer en cualquier oficio. Pero si vas al mundo de la ficción te vas encontrando muchos más personajes interesantes para hombres, que para mujeres. Luego está el techo de la edad, cuando una mujer cumple cuarenta años no se la considera para personajes que tienen atractivo sexual, sino que la ven más en el papel de madre, de abuela, de la acompañante de.
Mientras que los hombres, hasta los 60 años, pueden ir seduciendo a mujeres. En cambio, no se va a pensar que una mujer con 60 años, en un guion de cine o en una obra de teatro, pueda tener vida sexual.
Este es el otro techo que nos encontramos, el de ser mujer, el de la edad al ser mujer y luego el otro techo es el de las mujeres andaluzas. Esto que se dice que como en el sur ha habido mucha más emigración ha habido más pobreza se considera que los del sur hacemos personajes de clases sociales más bajas. Por una parte, hay algo maravilloso en eso, porque creo que no hay más maravilloso que cuando Lorca crea personajes femeninos. Yo he tenido el honor de encarnar en ‘Bodas de sangre’ a la madre y de encarnar en la versión cinematográfica de ‘Bodas de sangre’, ‘La novia’, dirigida por Paula Ortíz, a la criada. Y son personajes maravillosos las criadas, las amas de Lorca, pero hechos con una dignidad. El asunto es cuando siempre se da que si eres andaluza es para este tipo de personajes. Eso es lo que hay que romper y creo que se está rompiendo.
De hecho, yo soy andaluza y estoy haciendo personajes muy diversos. Y muchísimas actrices andaluzas ya están haciendo personajes muy diversos. Estamos en este momento social tan importante, que estamos rompiendo lo que son los estereotipos, pero en todos los sentidos. Yo creo que estamos rompiendo los estereotipos en el arte, en muchas cosas. Y dentro de lo que es el ser mujer se están rompiendo como es ser mujer y estar en lugares de poder. Pues ahora mismo estamos viendo a todas las ministras que están en el gobierno, yo creo que eso es muy importante: que las niñas de hoy tengan referencia de que pueden ser lo que quieran ser, que no hay techo de cristal.
-Entonces, ¿cree que hay falta de visibilidad de la mujer en el mundo de las artes escénicas?
-En todas partes falta la visibilidad y, sobre todo, yo creo que en lo que es el mundo de la ficción hace falta que se construyan personajes femeninos fuertes, protagonistas, que tengan historias que contar y que no estén solamente al servicio de la historia de los hombres. La mujer por historia, hemos estado al servicio de la historia del hombre, parece que la historia del mundo la han escrito los hombres. Hay que ver el punto de vista de las mujeres, por eso es muy importante potenciar a las dramaturgas, a las guionistas, a las directoras, porque estas mujeres son las que van a contar historias en las que las mujeres tienen un papel protagonista.