Desde nuestra protectora queremos desmentir los mensajes alarmistas sobre las llamadas “manadas salvajes” que viven en los montes de Ceuta. No estamos ante perros agresivos por naturaleza, sino ante animales que han sido abandonados, nacidos en libertad o excluidos del sistema por la falta de planificación institucional.
La mayoría no son adoptables: muchos jamás han vivido en contacto humano. Capturarlos a la fuerza y meterlos en un chenil no es protección animal. Es una forma de maltrato por omisión de políticas adecuadas.
El centro zoosanitario , tal y como está concebido hoy, no cumple una función real de protección animal. No hablamos de las personas que allí trabajan —que hacen lo que pueden con recursos limitados—, sino de la gestión política del centro, que responde a una lógica de control y encierro, no de bienestar ni rehabilitación.
Por todo ello, desde la Protectora pedimos:
- Un plan ético y realista: captura, esterilización y retorno (CER canino) para perros no adoptables.
- Espacios adecuados, no jaulas.
- Coordinación real entre administraciones y medidas preventivas: censos, esterilizaciones, sanciones al abandono.
- Campañas de sensibilización basadas en el respeto, no en el miedo.
Cuando un perro del monte, que ha vivido años en libertad, es encerrado de golpe en un chenil sin preparación, no se le está rescatando: se le está rompiendo por dentro. El aislamiento, el miedo, el entorno hostil, el ruido constante… pueden generar un nivel de estrés tan alto que deja de comer, se vuelve apático o se autolesiona. Algunos desarrollan indefensión aprendida: ya no huyen, ya no reaccionan, solo se quedan quietos. Pero eso no es tranquilidad, es resignación. Es sufrimiento en silencio.
No podemos llamar “protección animal” a hacer que un perro pierda su voluntad de vivir. Necesitamos otra forma de cuidar, otra forma de mirar, otra forma de actuar.
Desde nuestra entidad informamos de que vamos a registrar formalmente ante el área de Sanidad Animal un protocolo de actuación específico para casos de perros asilvestrados, con criterios técnicos y de bienestar animal.
Asimismo, solicitamos que se convoque de manera urgente la Mesa de Protección Animal, para abordar no solo esta situación concreta, sino el conjunto de retos que afectan al mundo de la protección animal en Ceuta. Es hora de poner este debate en el centro de la agenda institucional.